Yeison Herrera es el propietario del restaurante Adega do Tito desde hace ocho meses, donde organiza despedidas
12 ago 2020 . Actualizado a las 05:00 h.El covid-19 ha afectado a todos los aspectos de la vida, incluidos los más recónditos, festivos o peculiares. Uno de ellos son las despedidas de soltero. Esa fiesta que se realiza antes de una boda y en la que cada uno de los novios, guiados por sus respectivos amigos, disfrutan de una noche -o varias- de diversión y sinvergüencería, para poner fin a la soltería por todo lo alto. Atrás quedan los viajes a islas paradisíacas, las visitas a empresas que organizan yincanas y los fines de semana de pruebas atrevidas y copiosas comidas. En el verano del coronavirus las despedidas se celebran de forma más discreta, eso sí, no faltan la comida ni la bebida en abundancia. Al menos en las que organizan desde el restaurante Adega do Tito, en la calle Manuel Pereira. «Trabajamos con una agencia que se encarga de organizar el evento y cuenta con nosotros para las cenas», dice Yeison Andrés Herrera, actual propietario del establecimiento. «Están funcionando bastante bien, de hecho hemos llegado incluso a tener dos en un mismo día. Está claro que hay que buscar alternativas para cualquier tipo de celebración y esta es una buena opción», añade.
Se hace en salones privados, uno de los grandes puntos fuertes del restaurante ourensano, lo que permite mantener la intimidad y la tranquilidad de los comensales. «Tenemos un salón principal y tres privados que son para 15, 20 y 25 personas», afirma Yeison. Esos comedores se reservan a partir de grupos de ocho y en ellos se llevan a cabo cumpleaños, aniversarios de boda o cenas de empresa. En Adega do Tito apuestan por menús, también diarios, a base de comida casera. «Creo en el trabajo constante y ahora es el momento de demostrarlo más que nunca», termina Yeison, a quien la crisis le pilló con el restaurante recién adquirido.