El ADIF trabaja en la retirada de los vagones del Sil una semana después de despeñarlos al cauce

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El operativo se inició este fin de semana, y los trabajos este domingo se centran en el vagón más próximo al agua

10 ago 2020 . Actualizado a las 09:15 h.

El pasado domingo dos de agosto el ADIF realizaba una polémica maniobra al despeñar al cauce del río Sil dos de los cuatro vagones que todavía quedaban sobre las vías tras el descarrilamiento unos días antes de un tren de mercancías a pocos metros de la estación de Sobradelo, en el municipio ourensano de Carballeda de Valdeorras.

Este domingo, justo una semana después, el administrador ferroviario trabaja en la recuperación del ultimo de los vagones, el que permanece desde hacía siete días en el lecho del río, tocando el agua. Los operarios han estado desguazando la estructura, para que luego una grúa pueda alzar las piezas lejos de la orilla.

Los trabajos de retirada de los vagones se iniciaron el sábado, tras obtener los permisos de la Consellería de Medio Rural y de la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil (CHMS). El operativo requería llevar hasta la zona dos grúas de gran tamaño, estabilizar los vagones y desmontarlos para poder proceder a sacarlos del lugar, de difícil acceso.

Las grúas de carretera, de unas 80 toneladas cada una, fueron instaladas sobre la plataforma de la vía el viernes y el sábado se elevó hasta los carriles el vagón que había quedado volcado sobre la ladera. En la mañana de de este domingo, tres de los cuatro coches ya se habían retirado o estaban siendo desguazados sobre la propia vía, informó el ADIF, restando trabajar sobre el más cercano al agua.

Una vez desmontados y subidos hasta la vía, está previsto que los restos de los vagones sean transportados por vía férrea hasta la estación de Quereño, en el municipio de Rubiá.

Según el administrador ferroviario, en las operaciones de este fin de semana se adoptaron «todas las medidas de protección medioambientales». Además, señaló que se estaba verificando «satisfactoriamente» el estado del material caído a la ribera del río y que dicha información se pondría «a disposición de las demás administraciones competentes».

La decisión de despeñar los vagones suscitó duras críticas de la Xunta y de la CHMS. La primera ha propuesto una multa de 35.000 euros y la segunda estudia una sanción económica. Además, la Fiscalía de Ourense investiga si pudo haberse producido un delito contra el medio ambiente.