Artur Yuste: «Ante los cambios lo más importante es tener capacidad de adaptación»

Ruth Nóvoa de Manuel
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Artur Yuste lleva diez años al frente del Grupo Cuevas
Artur Yuste lleva diez años al frente del Grupo Cuevas Agostiño Iglesias

Artur Yuste, director general del Grupo Cuevas. asegura que el producto local ganó en imagen con la crisis del covid

19 jul 2020 . Actualizado a las 18:43 h.

Cuevas acaba de presentar sus cuentas. Pero más allá de esa reválida, el verdadero examen fue el confinamiento. Su director general, Artur Yuste (Lérida, 1979), asegura que los diez años que lleva al frente del grupo se le han pasado tan rápido como si fueran diez días: «Empiezas el lunes y cuando miras el reloj no es que sean las ocho, es que son las ocho del viernes».

-Inevitable preguntarlo. ¿Cómo vivió la crisis del covid?

-Personalmente se me paró el mundo pero la vida profesional se vio intensificada. La actividad principal, la del supermercado, no paró y nos sentimos privilegiados. En Ignacio de las Cuevas no tuvimos que hacer ERTE; todo lo contrario, reforzamos la plantilla con ochenta contratos. Con todas las dificultades de las medidas de protección que no había, buscándolas donde podías, a unos costes muy elevados. Gestionas cosas que nunca antes habías gestionado. Y todo para antes de ayer. Ante los cambios lo más importante es tener capacidad de adaptación.

-¿En la crisis se mide a un líder?

-Dicen que no sobrepasa una crisis el más inteligente o el que más dinero tiene sino el que mejor se adapta. Eso es lo que tenemos que hacer: leer bien lo que está pasando y adaptarnos rápidamente. En todo caso, lo más importante de un grupo es que vaya unido. Hay que tener un líder pero el grupo debe saber cómo reaccionar. Yo creo que nosotros, todos, reaccionamos de una manera muy positiva.

-Han vivido la cara y la cruz.

-Dentro del grupo he tenido para todo. Tomóvil ha tenido que hacer un ERTE por fuerza mayor. Cuevas y Cia. ha tenido que retrasar un mes el inicio de producción de marrón glacé. A Frunatur le era casi imposible atender la demanda. Y dentro de Ignacio de las Cuevas una parte desapareció, la de hostelería, y otra tuvo una demanda excesiva.

-¿Sirvió la crisis para poner en valor el comercio de proximidad?

-El gran beneficiado ha sido el producto local. Y no me refiero a términos económicos sino a términos de imagen.

-Y esa es su línea de gestión.

-Pretendemos que nuestros proveedores vengan del rural pero también intentamos darle servicios al rural para mantenerlo. Agarrarte a tus propias raíces te hace más fuerte. Cuando tú creas una estrategia y ves que al cabo de los años llega un momento especial como este, en el que la gente se queda encerrada en casa y no puede salir, tienes la sensación de que tu plan no estaba equivocado. Eso como mínimo reconforta.

-Y con el bum de la proximidad, también el del negocio «online».

-Nosotros la página online la sacaremos muy posiblemente este año. Nos hemos dedicado a atender al cliente de proximidad, pero no solo eso: también pedidos a domicilio, vía teléfono o vía correo electrónico. Al final nosotros no vendemos productos únicamente sino también servicios. Si te adaptas a esta circunstancia pues bien y si no te adaptas es un campo que dejas desierto o que otros cogerán. No había otra opción. Hubo quien cerró la web. No soy nadie para criticar pero en esos momentos es cuando tu estrategia tiene que ir más hacia allí y no decir, ‘como tengo exceso de pedidos, cierro’.

-Se empezó aplaudiendo. Después a los trabajadores esenciales, como los de los súper. ¿La empresa ha tenido algún reconocimiento para quienes estuvieron en primera línea?

-Se le ha reconocido económicamente a todo el personal y he intentado agradecérselo personalmente. No he podido hacerlo con todos porque el grupo empieza a ser muy grande pero sí aprovecho este mismo medio para hacerlo. Los trabajadores del grupo Cuevas han estado a la altura en la inmensa mayoría de los casos. Hemos sabido aguantar el chaparrón que estaba cayendo y lo hemos hecho con muy buena cara, que a veces era muy difícil

-¿Cuánto se incrementaron las ventas de los supermercados durante el confinamiento?

-En España el consumo de supermercado ha subido un 30 %. Nosotros hemos estado un poco por encima de ese porcentaje: cuando creces más que el global es una buena señal.

-¿Y han detectado un bajón con la «nueva normalidad»?

-El problema será cuando se acabe el apoyo público. Por ahora eso no se ve. Hasta el 30 de septiembre, que nos vamos a quedar todos desnudos y veremos lo que hay. Me gustaría ser optimista pero también tengo ciertas reticencias a serlo. Esto ha costado mucho dinero y si ha costado tanto en algo amoldará la caída. Evidentemente se van a perder puestos de trabajo, se van a perder empresas, vamos a entrar en una época complicada pero yo espero que no tanto como la de la última crisis.

«Si unos reman en una dirección y otros en otra, ninguno llega a buen puerto»

«2019 ha sido un año de crecimiento, con una cifra de negocio de 110 millones, un 6 % más. Hemos incrementado las inversiones un 30 %. Hemos reforzado la plantilla y vamos a dar otro empujón. Cuanto más vendemos, más empleo generamos. Esa es la ratio que tenemos que tener en cuenta».

-¿El covid tocó la exportación?

-No esperamos que haya una pérdida para este año. Me preocupa lo que pueda pasar el próximo. Vemos países muy castigados como Brasil, México o EE. UU. que o consiguen frenar o nos va a tocar. Hoy en día cuando en una parte del mundo se sufre, se sufre en el resto porque las consecuencias son globales.

-¿Qué van a aportar las nuevas instalaciones en San Cibrao?

-Lo más importante que podemos hacer a partir de ahora es crecer, que no es nada diferentes de lo que estábamos haciendo. Aquí en O Vinteún llevamos 42 años y han sido 42 años de crecimiento. Al principio sobraba espacio y ahora estamos incluso a más del cien por cien de capacidad logística. Eso nos limitaba. Ahora tenemos una plataforma totalmente nueva. Esperemos que durante muchos años podamos desarrollar la actividad sin que sea un freno de crecimiento la capacidad logística.

-Y más allá de Cuevas, ¿cómo ve el empresariado? Sin Cámara de Comercio, con la patronal inmersa en luchas intestinas...

-Yo no puedo criticar si no estoy dispuesto a sacrificarme. Y como mi trabajo me obliga a comprometerme no tengo la capacidad de tener más tiempo. La crítica no la puedo hacer porque sería inhumana. Ahí sí que hemos dado pasos para atrás. O nos ponemos de acuerdo o la batalla nunca se va a ganar. Cuando vas en un barco si unos reman en una dirección y otros en otra, ninguno llega a buen puerto.