La reapertura de la hostelería reactiva tímidamente los pedidos a las bodegas

Maruxa Alfonso Laya
m. alfonso REDACCIÓN / LA VOZ

OURENSE

IÑIGO ROLÁN

El sector confía en incrementar las ventas ahora que se abren las barras de los bares y los restaurantes

15 jun 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El sector vitícola gallego comienza a ver la luz al final del túnel. Aunque la situación todavía no es para tirar cohetes, tal y como reconocen muchas de las bodegas, sí que se está notando tímidamente una reactivación de los pedidos. «Estamos empezando a recibir pedidos pequeñitos de distintos puntos de España», asegura Rafael Garnelo, responsable de ventas de la bodega Paco & Lola, de Rías Baixas. «Parece que sí, que la cosa empieza a moverse, pero va muy lenta», añaden en Pazo do Mar, de O Ribiero. El motivo de que la demanda de vino se haya reactivado hay que buscarlo en la reapertura del sector hostelero, un canal en el que muchas empresas comercializan buena parte de su producción.

«No estamos moviendo más volumen, pero sí que notamos que se han incorporado más bodegas a la calificación de vino», asegura Ramón Huidobro, director del consello regulador de Rías Baixas. En su opinión, este es un indicador de que la situación empieza a recuperarse y, aunque reconoce que la cosa va muy poco a poco, ve en esta dato una ligera esperanza. Y es que el sector lo ha pasado muy mal en los últimos meses. «Lo que hemos perdido de vender va a ser difícil de recuperar», explica Santiago Roma, de la bodega del mismo nombre. De un día para otro, dejaron de entrar los pedidos del resto de España y hasta de la exportación. Asegura que, por fortuna, se pusieron en marcha algunas iniciativas que ayudaron a paliar la situación, «como Mercaproximidade, que nos ayudó a llegar a la alimentación», cuenta.

La medida afectó más a las pequeñas bodegas, como la de Eulogio Pomares. «Gran parte del vino de nuestro nivel lo consumen turistas en el Levante o en Madrid y Barcelona y todo eso se paró», cuenta. No están presentes en la gran alimentación, «porque es un canal muy especial donde el precio es fundamental», así que su comercialización se limitó a la exportación. «En el norte de Europa y en Canadá se siguió vendiendo, pero Reino Unido por ejemplo estuvo parado por completo», añade. El hecho de que el mercado español «empiece a recuperarse» supone un soplo de aire fresco para estas empresas.

Aunque las ventas han vuelto al sector vitícola, lo están haciendo de forma tímida. «El mes de junio está siendo mucho mejor que mayo, pero creemos que hasta que no tengamos movilidad entre provincias y reabran todos los restaurantes, el sector no se va a reactivar del todo», añaden en Paco & Lola. «Las primeras aperturas no se notaron mucho, cuando pasemos a la fase siguiente se notará más», añade Víctor Manuel López, propietario de la bodega Ladairo, en Monterrei. Asegura que hasta febrero las ventas avanzaban a muy buen ritmo y que el parón les perjudicó mucho «porque nosotros vendemos el 80 % en hostelería». Ahora, confía que con el regreso de los restaurantes la situación mejore. «Despois deste parón, algo se vai movendo. Pero non chega ao que tiñamos antes», reiteran en Guitián, bodega de Valdeorras. En la misma denominación está la bodega A Coroa, donde aseguran que durante estos meses han tenido la suerte de ir atendiendo algún que otro pedido. «Nós seguimos traballando coa tenda online e con clientes particulares», explican. Ahora, están a la expectativa de que la hostelería recupere la normalidad, «porque a rotación de viños está moi ligada ás barras dos bares e a xente agora aínda vai con moita prudencia», afirman. En Adegas Moure, de Ribeira Sacra, consideran que la recuperación será lenta. «Algo máis de alegría hai, pero o movemento é moi pequeno», explica su responsable, Evaristo Rodríguez. Confía en que, poco a poco, la hostelería recupere la normalidad y, con ella, llegue también a las bodegas gallegas que tan mal lo han pasado.

Obras y embotellados para dar cabida a la nueva cosecha de vino

Uno de los problemas con los que se encuentra el sector del vino es que, en poco más de dos meses, llegará la vendimia de la nueva cosecha. Si hay demasiados excedentes de la anterior, las empresas carecerán de espacio para elaborar y almacenar la nueva añada. De hecho, dos bodegas de Valdeorras ya han anunciado a sus viticultores que este año no le recogerán la uva. Pero, por fortuna, este tipo de prácticas no parece haber encontrado eco en otras empresas de las cinco denominaciones gallegas. Es más, algunas están ya realizando las obras necesarias para poder acoger la futura producción. Es el caso de Ladairo, en Monterrei. «Estamos ampliando para tener más capacidad y poder así cumplir con nuestros viticultores. No vamos a dejar a nadie tirado, todos tenemos que ayudarnos», asegura Víctor Manuel López, el responsable de la bodega. También en la Ribeira Sacra están buscando soluciones. «Estamos tratando de embotellar para facer oco para a nova colleita. Cada un ten que coller o que pode e ser fiel aos seus viticultores», explica Evaristo Rodríguez, de Adegas Moure. Su intención es recoger toda la uva que puedan.

Internet, una forma de promoción a tener en cuenta

La alerta sanitaria dejó en el aire muchas de las ferias que tradicionalmente utiliza el sector vitícola gallego para dar a conocer sus productos. Salones como Prowein, que se celebran en Alemania, tuvieron que ser suspendidos. Ahora, el sector se pregunta si estas citas regresarán el próximo año. «¿En el 2021 va a haber estas ferias? No lo sabe nadie», explica Eulogio Pomares, de Bodegas Zárate. Sostiene que hay un estudio inglés que explica que estas catas son una actividad de riesgo en lo que a contagio del virus se refiere. Por eso tiene claro que «a corto plazo, dudo mucho que vayamos a viajar este año para vender nuestros vinos. Todo lo que teníamos programado se ha suspendido».

Sin embargo, el confinamiento ha demostrado que las redes sociales pueden ser una herramienta muy buena para la promoción de estos productos. «Es una fórmula muy válida para que haya un nexo directo entre el productor y el consumidor final. Y eso es bueno porque te da visibilidad», añade. La duda es si este sistema podrá ser, a nivel profesional, el sustituto de las tradicionales ferias. «Yo tengo mis dudas», concluye.