Las mascarillas que más están ayudando

Por Marta Vázquez y María Doallo

OURENSE

Santi M. Amil

14 may 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

1 De vender ropa de niños a fabricar mascarillas para estos pequeños clientes. Así se transformó el día a día de Teté Salgado desde que se decretó el estado de alarma. Como muchos otros negocios, tuvo que cerrar su tienda, La pequeña coqueta, y confinarse, pero pensó que sería buena idea hacer algo no solo para mantener algunos ingresos, sino también para colaborar dentro de sus posibilidades. «En las primeras semanas la gente no podía encontrar mascarillas en ningún sitio, no las había, y las clientas me llamaban preguntándome por ellas, así que me decidí a hacerlas». Advierte que no son productos homologados, pero asegura que «es mejor proteger un 80 % que nada», ya que sus mascarillas tienen dos capas de algodón y una más de TNT, que actúa a modo de filtro, y son lavables y reutilizables. «Antes de empezar a hacerlas vimos las recomendaciones de la OMS» explica Teté. Desde este lunes ha podido reabrir su tienda en las galerías Sol de la ciudad y allí todavía tiene a la venta algunas de las máscaras fabricadas por las modistas con las que trabajaba habitualmente. «Esto también les ha venido bien a ellas para tener algunos ingresos, porque estaban sin trabajo, y yo creo que esto es fundamental porque nos hemos ayudado unos a otros y esa es la única forma de salir de esta situación de crisis en la que nos encontramos», dice esta emprendedora. Así que Teté se encargó de comprar las telas, todas de originales dibujos, y el resto de materiales, y las modistas de confeccionarlas. Luego las repartían en los domicilios de los clientes que las pedían. Han hecho 300, muchas donadas a niños enfermos y otras comercializadas, a cinco euros la unidad.

Rosa nunca para

2 Rosa Bolaño es la propietaria de la mercería R&F, en la carretera de A Granxa. También es profesora de zumba, animadora, cantante y, en general, trabajadora inagotable. Aún así, el estado de alarma solo la obligó a estar en casa, pero no parada. Lo primero que hizo fue ceder el material de su negocio. «Donamos toda la goma de la que disponíamos a La Molinera, para que pudiesen destinarla a hacer la sujeción de las pantallas protectoras en 3D», explica Rosa. Después centró todos sus esfuerzos en documentarse para hacer mascarillas. «Busqué durante días y hablé con varios proveedores distintos hasta que di con una tela antibacteriana con catalogación Omeotec. Con ella confeccionamos la mascarilla y en el medio introducimos una capa de tela TNT que es impermeable y funciona a modo de filtro», afirma. Las primeras las cosió desde el salón de su casa ayudada por su madre. Juntas han mejorado su versión de la mascarilla con una peculiaridad añadida: «Les dejamos dos pequeños huecos en los laterales para que sea posible cambiarles el filtro TNT cada seis u ocho lavados, tal y como recomiendan. De esta forma nuestra mascarilla es reutilizable». Ahora R&F ha abierto sus puertas de nuevo y Rosa puso a la venta su versión del material de protección. «Necesito seguir manteniendo mi negocio como pueda. Me lancé a ponerlo en marcha hace menos de dos años y aún estoy pagándolo todo», dice.