Un pinchazo y tres horas de impaciencia

Miguel Ascón Belver
miguel ascón OURENSE

OURENSE

Así se realizan las pruebas que la Xunta ha impulsado para conocer la prevalencia real del virus en Galicia

25 abr 2020 . Actualizado a las 07:35 h.

El centro de salud Valle Inclán de Ourense hará 600 de las más de 100.000 pruebas que la Xunta ha programado para comprobar la prevalencia del coronavirus en Galicia. En ese ambulatorio recibieron este viernes a las primeras noventa personas seleccionadas aleatoriamente para participar en este estudio epidemiológico y, entre ellos, estaba el periodista que firma esta información.

Al llegar al centro de salud se perciben inmediatamente cambios. El mostrador de información ahora está reforzado con vitrinas transparentes y los trabajadores que están del otro lado informan a los participantes del lugar al que deben dirigirse. Al contrario de lo que ocurre en otros ambulatorios, en los que se instalaron carpas o contenedores en el exterior, aquí las pruebas se hacen dentro, en una sala de enfermería normal de la planta baja.

Solo hay una persona esperando frente a la puerta indicada y resulta que no es para hacerse el test del coronavirus, sino un control periódico relacionado con su próstata, por lo que acaban explicándole que hoy su cita será en un lugar diferente al acostumbrado. Una vez dentro, los que sí venimos para el estudio epidemiológico, nos encontramos con dos enfermeros que nos piden que nos lavemos las manos. Después llega un pequeño pinchazo en un dedo para extraer una gotita de sangre y listo.

El proceso completo dura apenas dos minutos, pero en este caso se alarga un poco más por la charla. Los trabajadores saben que, en este caso, el paciente es periodista y aprovechan para desahogarse. «Esto se ha tenido que montar en muy poco tiempo y tenemos la carga asistencial que teníamos antes, con el agravante de que somos mucho menos personal porque hay mucha gente de baja con coronavirus o con otro tipo de patologías», dice uno de ellos.

Fuera espera Manuel Ángel, que ve útil el estudio epidemiológico, aunque él confía en dar negativo. Está prejubilado y asegura que ha cumplido el confinamiento. «Solo salgo una vez cada cinco o seis días», afirma. Sin embargo, él no es el siguiente en la lista para someterse a la prueba. Los enfermeros salen en ese momento a hacérsela a Basilisa Fraga, de 82 años y con problemas de movilidad, para que no tenga que bajarse del coche. Su hija comenta que son seis en casa y que el test podría tranquilizarlos. Todos nos hacemos la misma pregunta. ¿Cuándo sabremos el resultado? En mi caso (negativo) tres horas después.