La delacion de los agentes, que la vieron sangrando por la boca y magullada, ha sido prueba de cargo suficiente
24 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.La ley dispensa a las víctimas de malos tratos de verse obligadas a declarar en contra de su agresor durante el proceso judicial y esta posibilidad, que lleva años siendo objeto de controversia, provoca a veces que la prueba de cargo se difumine y los acusados terminen libres de cargos. Pero no siempre es así. En algunos supuestos la colaboración de testigos que han presenciado la agresión, ya sean ciudadanos de a pie o agentes de la autoridad, constituye prueba suficiente para enervar la presunción de inocencia. Es lo que ocurrió en un asunto originado en un incidente ocurrido en un domicilio de A Valenzá el 21 de septiembre del 2018. Los gritos de auxilio de una mujer provocaron la alarma en sus vecinos, que avisaron a la Guardia Civil. Cuando llegaron, la víctima «sangraba por la boca, tenía marcas en los brazos, así como una mordedura en la pierna».
Y a pesar de los intentos de la mujer por exculpar a su marido, intentó incluso retirar la denuncia, el testimonio de los agentes ha sido considerado prueba de cargo suficiente para condenarlo por maltrato en el ámbito familiar a una pena de 65 días de trabajos en beneficio de la comunidad. Asimismo, se le impone la pena de privación para el derecho a la tenencia de armas durante dos años, y la prohibición de aproximarse a menos de 200 metros de la víctima la víctima, así como comunicar con ella por cualquier medio durante dieciocho meses.
Tras una primera condena del juzgado de lo penal, que el acusado recurrió, la Audiencia ha ratificado el fallo rechazando los argumentos del acusado, quien en todo el procedimiento judicial negó las agresiones e incluso acusó a la víctima de haber sido ella quien lo había golpeado. El testimonio de los agentes, que vieron a la víctima sangrando y al acusado con ella, se considera de nuevo prueba irrefutable.