El director del Tres Lunas Valdeorras trabaja como celador en el hospital comarcal
15 abr 2020 . Actualizado a las 19:35 h.El ciclista valdeorrés Pablo Diéguez tiene estos días abandonada la bicicleta. Todas sus fuerzas van a su trabajo como celador en el hospital comarcal de Valdeorras. «En esta guerra no hay labores propias y toca hacer de todo para ayudar a los compañeros, algo que también pasa en la Titan», dice el corredor del Tres Lunas Valdeorras en alusión a la Garmin Titan Desert, la dura prueba que se celebra en el norte de África y que consiguió finalizar.
Le toca trasladar a los pacientes y ayudar a atenderlos en las diferentes unidades, así como la triste y peligrosa tarea de preparar a los fallecidos por coronavirus. No es una tarea fácil. «La mascarilla me asfixia. Las gafas no me dejan ver bien la realidad. La pantalla, bata, guantes, gorro y calzas son agobiantes, pero es la mejor defensa. La energía cada día es menor. La incertidumbre de cuándo acabará esto es una incógnita», relata cuando le pregunta cómo está y si tiene miedo. En su casa, apunta, el riesgo es doble, porque su mujer es enfermera. Ambos temen contagiarse y contagiar a su hijo, de diez años. Así que tiene miedo, «y frustración y dolor físico y mental ante esta situación», reconoce. «Tengo más miedo a llevarlo conmigo de forma invisible, por lo que tomo todas las medidas que están a mi alcance y que cada vez son más escasas», asegura.
Y mientras, sueña con volver a entrenar a sus 50 alumnos del Tres Lunas.