Diecinueve mayores enfermos de coronavirus reciben el alta en Baños de Molgas

Marta Vázquez Fernández
M. Vázquez OURENSE / LA VOZ

OURENSE

La Voz

Los enfermos de coronavirus han logrado recuperarse de la enfermedad y este domingo han regresados a sus residencias de origen en Celanova y Castro Caldelas

13 abr 2020 . Actualizado a las 11:04 h.

En Baños de Molgas este domingo fue un día de fiesta. Diecinueve de los pacientes que permanecían ingresados en la residencia integrada de Os Milagros han abandonado esas instalaciones para volver, ya plenamente restablecidos del COVID-19, a su domicilio habitual en las residencias San Carlos de Celanova, 18 de ellos, y a Castro Caldelas una más. 

Esta noticia fue recibida con una enorme satisfacción por parte de los trabajadores del área sanitaria de Ourense, Verín y Valdeorras que se implicaron, tanto en el montaje de esta residencia, en la última semana de marzo, partiendo de cero, como en la atención asistencial de sus residentes. Un equipo formado por profesionales del área, dirigido por Álvaro de Castro, médico de atención primaria, Ana Gómez, enfermera, y Mercedes Pulgar, enfermera y trabajadora Social del Hospital Universitario de Ourense, a los que se sumaron, los pasados días, los residentes de medicina familiar y comunitaria del último año de Ourense, contratados ya como especialistas.

A lo largo de la tarde los ancianos han dejado las instalaciones de la residencia de Os Milagros, entre aplausos del personal sanitario, y regresado en varias ambulancias a sus centros de origen. Son las altas más esperadas en el área sanitaria, desde la que se valora el ingente trabajo realizado por los profesionales para curar a los mayores, las víctimas más golpeadas por el coronavirus

Una puesta en marcha contrarreloj

«Son e foron días moi difíciles, pero hoxe por fin temos a nosa recompensa ó noso traballo e esforzo, e a momentos duros», decía Ana Gómez, una de las enfermeras. Mientras, Mercedes Pulgar, la trabajadora social del CHUO, señaló que «a idea fundamental era valorar a situación do centro». Álvaro de Castro, médico de familia, agregó: «El trabajo de fondo fue empezar un edificio de muchísimos metros, de piedra, que todavía no estaba dotado ni de cableado y con muchas carencias, que se ha puesto a funcionar operativamente, con 50 camas que hemos llegado a tener, en las últimas dos semanas».