«Me gusta volver: la tierra no se olvida»

Ruth Nóvoa de Manuel
RUTH NÓVOA OURENSE

OURENSE

Salud Conde, la madre Salud, emigro desde Ourense a México siendo muy joven y es la responsable de seis colegios, cuatro en México, uno en Ourense y otro en Cabo Verde
Salud Conde, la madre Salud, emigro desde Ourense a México siendo muy joven y es la responsable de seis colegios, cuatro en México, uno en Ourense y otro en Cabo Verde Santi M. Amil

La religiosa ourensana Salud Conde emigró a México y con 87 años sigue al frente de su proyecto educativo que en Ourense se concreta en el colegio Miraflores

07 mar 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

A Salud Conde, la madre Salud, que nació en Vilar de Barrio en 1933, le gusta hacer las cosas a lo grande. Empezó a pensar de ese modo cuando era muy joven, recién llegada a México. Entonces le dieron la responsabilidad de un pequeño colegio: «Empecé con veinte niños y dos dólares. Aquello me resultaba muy poco y yo quería hacer un gran colegio. Y lo logré». Esa voluntad se traduce, más de cinco décadas después, en cuatro colegios en México, uno en Cabo Verde y otro en España, bajo el nombre de Miraflores, con más de siete mil alumnos. Además su proyecto educativo ha llegado a Venezuela, Perú, Angola, Benín, Timor y Portugal. El centro de Ourense conmemorará el lunes el décimo aniversario de su ampliación pero Salud Conde celebrará también que ha vuelto a tomar las riendas del centro, situado en Pereiro de Aguiar, después de los problemas derivados de la cesión de la gestión: «Hemos tenido muchas dificultades y todas ellas han servido para mejorar».

Hoy cumple 87 años y sigue al pie del cañón, pendiente de los detalles de un acto al que no faltará una persona de su confianza, el empresario con raíces ourensanas Olegario Vázquez Raña.

-¿No se jubila?

-Nosotras las religiosas no nos jubilamos nunca.

-Está estos días en Ourense con alumnos, padres y docentes mexicanos.

-A estos niños les presenté el viaje como una oportunidad de conocer a sus compañeros y les hizo mucha ilusión. Están entusiasmados.

-Y usted, cuando regresa, ¿vuelve a Vilar de Barrio?

-Estuve hace poco, por las fiestas. Ahora el alcalde es mi sobrino. Me gusta volver: la tierra nunca se olvida.

-Hace algunos años recogió una medalla concedida por el Gobierno de España para poner en valor a la emigración. ¿Por qué cree que la reconocieron?

-Sí, se me dio indebidamente. Será por la educación. Yo me he dedicado siempre a la educación porque es lo que acaba con la pobreza. Lo he pensado siempre y lo he vuelto a comprobar en África. En Cabo Verde la pobreza era una cosa tremenda. Y yo le pedí al presidente un monte. Solo eso. Él me dijo que eso no era nada pero yo le contesté que la cabra tira al monte (risas). Monté el colegio y fue extraordinario.

-No es lo habitual en una religiosa pero usted ha llamado a la puerta del poder. ¿De dónde le viene esa capacidad?

-Siempre digo que la necesidad tiene cara de perro (en referencia a que cuando hay necesidad, se hace cualquier cosa).

-Y se relaciona con las personas más poderosas de México.

-Sí, porque muchas veces los he tenido en el colegio. O a sus hijos. Como ocurre con el presidente.

-En España la política ha condicionado la educación, con muchas leyes en poco años.

-La educación tiene que estar por encima de cualquier interés político. A veces la política es buena pero hay que saberla manejar.

-¿Qué le preocupa de México?

-Hay mucha inseguridad.

-Me cuentan que en alguna ocasión le han dicho que serviría para la política, que sería una buena ministra. ¿Le han tentado alguna vez en serio?

-No, nunca. Quizás lo dicen por mi capacidad de gestión. Como decía antes yo empecé mi colegio con veinte niños y dos dólares. Y ahora somos seis y tenemos muchas obras sociales.

-¿Cómo ve el papel de la mujer en la Iglesia?

-Hubo en México la marcha de las mujeres. Pero yo creo que la mujer no necesita marchas.

-Y respecto a la Iglesia.

-El problema es que no tenemos vocaciones. Las pocas que hay se acaban. Hay mucho consumismo y las vocaciones no nacen, no salen... Las familias no son las familias de antes, que nos apoyaban... aunque a mí mi padre me sacó tres veces del convento. Pero yo insistí y lo conseguí.

-¿Qué cosas de España le gustarían para México y qué de México para España?

-La juventud en México no necesita tantas cosas y aquí tienen muchas necesidades. Y aquí son más serios. Aquí tienen mucho miedo a perder el trabajo y allí no, les da igual, porque hay mucho. Lo que a mí me impresiona de aquí es la jubilación. La gente mayor está deseando tener la jubilación. En México no, allá la sienten como algo negativo, no quieren llegar a ella.