¡Cam-pa-ña!

Rubén Nóvoa Pérez
Rubén Nóvoa DESDE MI BARRIO

OURENSE

29 feb 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Sucede cada vez que los ourensanos estamos llamados a las urnas. Ya sea para unas municipales, para unas autonómicas o para unas generales. Justo a partir de ese momento, las noticias fluyen. Los anuncios de políticos para advertir de logros, proyectos y promesas se multiplican a la velocidad de la luz. Y también, al revés. Ya saben, me refiero a esas reivindicaciones vecinales y sociales que llevaban meses durmiendo el sueño de los justos y que reciben un ligero impulso para volver a salir a la luz. Cada uno juega sus cartas para tratar de lograr su objetivo: colocarse (en este caso) en el Parlamento. Antes de todo ese proceso de cara al público, hay otro más subterráneo y que pasa más desapercibido, pero que es todavía más grosero. Estoy hablando de los movimientos -en algunos casos pueden llegar a ser sísmicos- que se producen para conformar las listas. Y el PSOE, como siempre, es el que más se expone. Está empeñado el partido de la rosa en darle a la elección un carácter artificial de democrática. Y siempre le sale mal. Basta que los militantes digan blanco, para que el que manda diga negro. Y, sin ánimo de meterme en casa de los demás, no sería mejor saltarse directamente ese proceso para elaborar la lista que el candidato considere más apropiada. No me parece descabellado que quién conduce el barco elija a la tripulación, pero querer hacerlo por detrás y tras pedir opinión a los militantes suena a chufla y solo genera cabreados. Y es que con las primarias del PSOE en Ourense uno tiene la sensación de que sucede lo mismo que con los Reyes Magos, que ahora que no nos escucha ningún niño, son los padres.