El crimen del cura de Vilanova, aún «caso abierto» cinco años después

m. Rodríguez OURENSE / LA VOZ

OURENSE

Santi M. Amil

La Guardia Civil está «revisando varias líneas de investigación», según el Gobierno

17 feb 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Dos años después de la conclusión del sumario por la investigación judicial del homicidio del párroco de Vilanova dos Infantes, Adolfo Enríquez, ocurrido el 10 de marzo del 2015, la Guardia Civil de Ourense mantiene el caso oficialmente aún abierto, aunque hasta el momento sin resultados que permitan esclarecer una muerte violenta que, por ahora, sigue impune. Los diputados del PP en el Congreso, Celso Delgado y Ana Belén Vázquez, formularon una pregunta escrita al Gobierno para interesarse por el estado de las investigaciones y por los medios que se estaban disponiendo para la resolución del caso.

«La Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la Comandancia de la Guardia Civil de Ourense llevó a cabo una investigación siendo detenidas dos personas. Sin embargo, la instancia judicial decretó el sobreseimiento provisional de las actuaciones por no considerar la existencia de pruebas incriminatorias suficientes. La Guardia Civil mantiene el caso abierto y se están estudiando y revisando varias líneas de investigación que hasta el momento no han permitido ofrecer resultados en cuanto al esclarecimiento del caso». Esa fue la escueta respuesta gubernamental, con fecha de enero de este año.

Y en el mismo sentido se pronuncia el representante del Gobierno en la provincia, el subdelegado Emilio González Afonso. Esta semana se reunió con el nuevo jefe de la Comandancia de la Guardia Civil, el teniente coronel Rafael López Pinel. González Afonso asegura que al nuevo responsable benemérito se le trasladó «a nosa preocupación. Non teñen o caso cerrado. Dende a Policía Xudicial seguen tentando encontrar algunha pista ou indicio que lles leve a resolver o caso». El subdelegado del Gobierno afirma que es una posición similar a la que se mantenía con el anterior jefe del instituto armado en Ourense, Novo Colldefors.

Respecto a los medios que se han utilizado para intentar avanzar en esta investigación, que encalló tras un arduo trabajo policial que llevó a la detención de los dos sospechosos -dos croatas, Elvir y Arsen F., tío y sobrino que no llegaron a ser procesados - el subdelegado afirma que se utilizaron en su momento los medios y unidades de la Guardia Civil que fueron necesarios para la investigación.

«Agora non hai nada concreto, pero segue aberto. Que máis quixera a propia Comandancia que ter unha vía clara e probas contundentes. Pero non o teñen olvidado», añadió el subdelegado del Gobierno. El nuevo responsable de la Comandancia se está asentando en el puesto y «ten coñecemento da situación», afirma González.

La investigación de la operación Devotio de la Guardia Civil se acabó concretando sobre esos dos sospechosos, unos más del amplio círculo de mendicantes que acudían a pedir, y en algunos casos a exigir, limosna al malogrado sacerdote. Adolfo Enríquez murió en un pajar de la casa rectoral de la parroquia de Vilanova la madrugada del 10 de marzo del 2015. En enero del 2016 se detenía a ambos sospechosos, pero tras ser puestos a disposición judicial, la instructora del juzgado de Celanova, Olalla Para, decretaba su libertad. Había contradicciones en sus declaraciones pero no pruebas claras que los incriminaran o que demostraran su presencia aquella noche en Vilanova. Ambos sí habían recibido dinero del sacerdote, uno de ellos, Arsen, esa misma mañana. Elvir tenía relación con el cura desde hacía una década, según dijo. Se rastrearon sus teléfonos móviles, según los repetidores. El del menor estaba apagado esa noche y se activó a partir de las tres de la madrugada y el del tío estaba ubicado en su casa del barrio ourensano de Vistahermosa. También se intentó revisar, sin éxito, sus mensajes en Facebook o Skype.

«La familia no tiene constancia de la participación de la UCO»

La familia del párroco asesinado, según manifiesta su sobrino, José Manuel Enríquez, mantiene la misma postura, de defensa de la investigación que hizo la Comandancia de la Guardia Civil, pero tiene pocas esperanzas de que el caso se resuelva y manifiesta dudas sobre si realmente se utilizaron los medios de élite que, según anunciaron en su día las autoridades, trabajaron en el caso. El sobrino afirma no tener conocimiento de la interpelación de los diputados del PP; les agradece el gesto aunque cree que llega «un poco tarde». Afirman que no han hecho más gestiones administrativas o personales para que se reactive el caso. La última vez, recuerda el sobrino, fue «hace más de un año, cuando fui con el exalcalde de Celanova a hablar con el delegado del Gobierno». «Me canso de pedir ayuda pero la vida de un párroco de pueblo parece que vale poco», lamenta Enríquez.

Este manifiesta su «eterna gratitud» por el trabajo de la Guardia Civil de Ourense, en particular la Unidad Orgánica de la Policía Judicial, y de los agentes del puesto de Celanova, pero afirma: «No puedo estar satisfecho con mandos militares o administrativos. El anterior subdelegado o el delegado del Gobierno tuvieron la oportunidad de pedir la UCO al día siguiente. Hasta el momento, la familia no tiene constancia de la participación de la UCO en este caso», asegura Enríquez, quien menciona otros casos mediáticos en los que sí se vio esa presencia inmediata de la unidad central.

«Le seguimos recordando», afirma sobre su tío, al que la familia le dedicará una misa en la parroquia de Vilanova el 14 de marzo.