La Ribeira Sacra y el eje Ourense-Allariz siguen acaparando el turismo provincial

María Cobas Vázquez
maría cobas O BARCO / LA VOZ

OURENSE

El Parador de Santo Estevo es uno de los reclamos turísticos de Ribeira Sacra
El Parador de Santo Estevo es uno de los reclamos turísticos de Ribeira Sacra MIGUEL VILLAR

La Xunta reordena los Xeodestinos para tratar de potenciar los territorios y sus reclamos para los visitantes

06 feb 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

De cada 100 turistas que hubo en Galicia -no vale decir que llegan, porque también se cuentan los viajes entre provincias- el año pasado, solo 8 eligieron la provincia de Ourense. Más de 42 prefirieron A Coruña, 34 se fueron a Vigo y 15 a Lugo (que fue la que más creció en cuanto a viajeros). El uno que falta para llegar a los cien se repartió entre las otras tres. Solo ocho de cada cien. Y aún así, el dato es positivo, porque el 2019 hubo un 11 % de turistas más que al año anterior, para llegar a los 406.913, que pasaron aquí un total de 773.034 noches, lo que supone que se queden a dormir dos días, según los datos hechos públicos por la Consellería de Turismo.

Una vez en Ourense, tampoco todas la zonas se comportan igual. Desde la Xunta repartieron el territorio en Xeodestinos, y a ellos se refieren para explicar los datos de turistas. Terras de Ourense-Allariz es la zona que atrae más visitantes, con hasta 365.740 turistas el año pasado; mientras que Ribeira Sacra (y aquí es compartido con Lugo) se acercaron 264.000. Más modestas fueron las cifras en el resto de zonas, con algo más de 110.000 en O Ribeiro y superando por poco los 50.000 en Celanova-Limia y Verín-Viana. El Xeodestino Manzaneda-Trevinca apenas consiguió atraer a 44.456 personas. Es la zona en la que peor funciona el turismo, en un Xeodestino que ya no existe. En realidad, tampoco nunca funcionó demasiado, más allá del papel. Hubo un par de reuniones de los alcaldes hace ya más de dos años y medio, la última para presentarles el logo; y se colocaron señales. Y hasta ahí todo. Y lo peor es que ni eso vale ya.

Todo empezó en Ribeira Sacra

La Xunta ha decidido reordenar todos los xeodestinos, y aunque afecta a toda la provincia, el del oriente ourensano es uno de los que sufre más cambios. Porque pierde toda la comarca de Terras de Trives, que se integra en Ribeira Sacra, al igual que Pereiro de Aguiar. Era una reivindicación que desde hace años hacían los alcaldes, apelando a que sus territorios forman parte de la denominación vitícola compartida con Lugo, y, de manera especial, tras lanzarse la candidatura a Patrimonio de la Humanidad.

Encajar la lógica llevó a cambiar el diseño de todos los xeodestinos. El primero Valdeorras, para sumarle más atractivo turístico. Perdió Manzaneda, Trives, San Xoán de Río y Chandrexa de Queixa, y suma Viana do Bolo y Vilariño de Conso (que salen del de Verín-Viana, del que se cae parte de su nombre). Así que las señales de Xeodestino Manzaneda-Trevinca ya no valen. Lo poco avanzado, toca rehacerlo, y lo mismo con el logotipo.

También cambia mucho el Terras de Ourense-Allariz, más que nada porque se separan en dos. La capital y sus alrededores suman a Cartelle, Ramirás y Gomesende (que antes estaban en el Celanova-Baixa Limia); mientras que Allariz, Maceda, Baños de Molgas, Xunqueira de Ambía, Paderne de Allariz y Taboadela se unen al Celanova-Limia, que pierde Padrenda que pasa a formar parte de Ribeiro.

Actualmente Ribeira Sacra es el único que funciona como un espacio de promoción conjunta, y lo hace a través del consorcio de turismo que funciona desde hace años. Y aunque también hay discrepancias entre los socios, lo que caracteriza al consorcio es el éxito de las iniciativas. La de las subidas en globo, por ejemplo, siempre cuelga el cartel de todo vendido antes incluso de empezar. Y lo mismo pasa con los baños de bosque, entre otros.