«En los días de quimioterapia solo pensaba en tacharlos del calendario»

Pablo Varela Varela
pablo varela OURENSE / LA VOZ

OURENSE

Delfina Debén, en el centro de la imagen, superó una leucemia que le diagnosticaron en el 2014
Delfina Debén, en el centro de la imagen, superó una leucemia que le diagnosticaron en el 2014 Santi M. Amil

Delfina Debén, vecina de Pereiro de Aguiar, luchó desde el 2014 contra una leucemia a la que terminó venciendo

05 feb 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Delfina Debén tiene 56 años y un tesón de hierro. En el año 2014, uno después de perder a su padre el día de su cumpleaños, esta vecina de Pereiro de Aguiar supo que padecía leucemia. Llevaba un tiempo fatigada, con malestar físico, pero incluso era más visible para los demás que para ella misma. En abril de aquel año, mientras estaba en la guardería infantil en la que trabaja, dijo basta. «Pedí la baja porque no podía más y cualquier actividad me costaba un mundo sacarla adelante. Fui a hacer una analítica a primera hora de la mañana en el CHUO y, a las dos de la tarde, me llamaron los médicos a casa para que volviese», cuenta.

Ahí empezó el particular Everest de su vida. Delfina es de las que cree que el destino de toda persona está escrito. Este martes, junto a otras compañeras de la Asociación Española contra el Cáncer que, como ella, realizaron dos etapas del Camiño Portugués en noviembre, narraba su experiencia.

La del trayecto hacia Santiago fue placentera. Pero antes de echarse a los caminos, estuvo casi tres años peleando, muy a menudo entre cuatro paredes, para recuperar su salud. «La doctora que me dio la noticia no era capaz de hacerlo. Y cuando lo supe, lo único que le pregunté era si esto tenía arreglo», explica. Junto a uno de sus hijos y al que por entonces era su marido, supo que sí. Que saldría adelante. Pero esa solo fue su primera etapa. Y las más complicadas, como casi siempre ocurre en la vida, fueron cuesta arriba.

Abrir las ventanas

Delfina se remonta a los días en los que recibía las sesiones de quimioterapia, el trámite más doloroso de esa piedra en su camino. «Fue un calvario. La palabra es esa. Con el aislamiento que tienes durante el proceso, no puedes moverte de una habitación», dice. A veces, estaba casi 28 días en la Residencia mientras recibía las sesiones contra su enfermedad. Y allí aprendió algo: «Que no valoramos lo que tenemos hasta que lo perdemos. Y que gestos como levantarte por la mañana y abrir la ventana son un lujo».

Delfina invirtió su tiempo libre entre las manualidades, una bicicleta estática del CHUO y el maquillaje. «A veces, llegaba el doctor y yo aún estaba en el baño poniéndome guapa», dice sonriendo. Y se hace una pregunta: «¿Qué hacer día a día si no te pones metas? En los días de la quimio, solo pensaba en tacharlos del calendario».

Una carrera de obstáculos

Tras año y medio de baja, regresó a su trabajo. Fue en noviembre del 2016, cuando también se embarcó en su primera aventura en el Camino de Santiago. Comenzó en O Cebreiro, cubriendo los casi 20 kilómetros diarios que hay en cada etapa. Pero al volver le esperaba de nuevo su peor enemigo. «Recaí en enero, me quisieron hacer un autotrasplante y no salió bien», dice. A los dos meses, recibió un golpe de suerte. Había dos donantes compatibles y en marzo del 2017 se operó en Santiago. «Desde entonces, cambió el chip de mis prioridades. Porque también aprendes quién es tu amigo y quién se va quedando por el camino», explica.

Este martes, junto a Rosario, su acompañante en el Camino, instaba a hablar del cáncer sin tapujos. A no eludir el uso de la palabra, para muchos maldita. Y Delfina, que mostraba nervio en cada una de sus intervenciones, lo tenía claro: «Estoy aquí porque no me llegó la hora de morir».

Más de un millar de ourensanos iniciaron en el año 2019 tratamientos contra el cáncer

El servicio de Oncología del CHUO estrenó en los últimos días su nuevo Hospital de Día en la primera planta del Santa María Nai, con una renovación y ampliación de las instalaciones que han supuesto una inversión de 440.000 euros para el área sanitaria de Ourense, Verín y O Barco de Valdeorras.

El abanico de reformas implicó el cambio de la división interior de la área de Oncología hacia una más funcional, con salas de tratamiento más espaciosas y enfocadas a elevar el número de consultas. También se renovó la tabiquería, los techos y el sistema eléctrico.

Durante el año pasado, por las salas de tratamiento pasaron 5.783 ourensanos con diagnóstico de cáncer. En el mismo período, se ejecutaron un total de 26.675 consultas, 1.600 más que en el año 2018. También se llevaron a cabo 12.275 sesiones de quimioterapia y tratamientos de soporte, con un aumento de 614 sesiones más en comparación con hace dos años. En este sentido, durante el año 2019 se cifra en 1.154 los vecinos de la provincia que realizaron su primera consulta en el servicio de Oncología.

Por otro lado, la inversión en tratamientos farmacológicos contra el cáncer en el CHUO ascendió a 10,7 millones de euros en el último año.