Sin embargo, viajar antes no era tan fácil como ahora y, desde que se marchó en 1965, Pura solo ha podido volver a su casa en la provincia de Ourense en tres ocasiones. Muy pocas. La última vez fue hace catorce años y explica que, aunque al principio extrañaba Argentina, finalmente ya no quería volver: «Me gusta cuando voy estar allá, me siento en mi mundo, donde pertenezco, con mis raíces. Allí me siento bien. Las comidas de antes, todos mis hermanos y sobrinos… Es otro mundo».
La necesidad de volver
Y esos recuerdos la llevan a la siguiente reflexión: «Los jóvenes no tienen que irse. Cada uno tiene que quedarse donde nació, donde uno pertenece. En otro país nunca sos del otro lugar, aunque yo me adapté. Es lindo el mundo, conocerlo es maravilloso, pero hay que volver a la tierra de uno».