«Acortar el reparto es inviable para los hosteleros que abren a las doce»

m. ascón / c. andaluz OURENSE / LA VOZ

OURENSE

Santi M. Amil

El Concello de Ourense sopesa disminuir el tiempo de carga y descarga en el casco histórico

24 ene 2020 . Actualizado a las 18:36 h.

El ejecutivo municipal del Concello de Ourense está preparando una modificación de la ordenanza de tráfico para redefinir los horarios en los que está autorizada la carga y descarga. Lo anunció este jueves el concejal de Infraestructuras y portavoz de la Junta de Gobierno Local, Miguel Caride, que considera «excesivo» que los coches o furgonetas de reparto puedan circular por el casco viejo de 7.00 a 11.30 y de 16.00 a 18.30 horas. Los técnicos están trabajando en la definición del nuevo horario y se prevé también limitar el tonelaje de los vehículos que pueden acceder a la zona para así evitar daños en el pavimento. Por otra parte, Caride apuntó que se pondrá en marcha un plan de vigilancia especial para garantizar el cumplimiento de las normas.

Los hosteleros del casco viejo y los repartidores ven con prudencia la idea del Concello. La mayoría apunta que acortar el horario será difícil, ya que actualmente el reparto en esta zona se alarga hasta la una de la tarde. La razón principal es que la amplia mayoría de los hosteleros no abren las puertas de los establecimientos hasta las doce del mediodía. Y, aunque en algunos casos las cajas de bebidas y otros artículos se dejan en la calle junto a las puertas cerradas, en la mayoría de las ocasiones es necesario que repartidor y hostelero se vean las caras para firmar albaranes y hacer pedidos. Por otra parte, la idea de rebajar el tonelaje puede afectar a las empresas de reparto que, en algunos casos, tendrían que hacer un segundo viaje o usar dos furgonetas o camiones en lugar de uno.

«Yo vengo a las siete y media de la mañana y no salgo del casco viejo hasta la una. Aparco en una zona y desde ahí hago todo el reparto», dice Carlos Dos Reis. El hecho de acortar el horario sería positivo para él, aunque señala: «Muchos de los que abren a las doce del mediodía, que ese es el problema, tendrán que venir antes, cambiar el horario. Si los hosteleros estuvieran cuando llegamos lo daríamos hecho, pero no sé». Sobre el tonelaje permitido explica que si se pasase de lo estipulado tendría que regresar al polígono de Taboadela, donde se encuentra la nave, y regresar al casco viejo.

De la misma manera opina Santi, otro repartidor que a las once de la mañana tiene el camión aparcado en la praza do Ferro. «Para los repartidores el horario sería una mejoría. Nosotros a las 7.30 horas ya estamos aquí pero no podemos hacer nada, tenemos que dejar la mercancía en las puertas y después meterla cuando llega el hostelero. Para nosotros sería muy bueno, pero acortar el reparto es inviable para los hosteleros que abren a las doce», afirma. El tema del tonelaje no lo ve claro: «Mi empresa no va a contratar a otra persona y no podríamos traer todo de una vez».

Alberto Costas no tiene tanto problema, ya que reparte en una furgoneta pequeña, sin embargo explica: «A mí, a las once y media no me da tiempo, pero es porque los locales no están abiertos. Ese es el problema».

Algunos hosteleros tampoco lo ven viable, principalmente por la cantidad de horas que están abiertos durante el día y la imposibilidad de contratar a alguien que cubra esas horas. «Nosotros empezamos a dar servicio a las doce, como todos. Es verdad que sí abrimos antes como margen para tener todo preparado. Sabemos que algunos repartidores no solo vienen aquí sino a otros lugares y nos adaptamos. De todas maneras, depende del día. En fin de semana y festivos la cantidad es mayor y es complicado», dice Ingrid Bueno, encargada de un bar en el casco histórico. Apunta, además, que no se puede hacer que un empleado llegue a las diez de la mañana porque debe cumplir un horario que de esa manera no sería posible. Señala también que dejar la mercancía en la puerta es un riesgo. Luis Torres no tiene este problema porque abre las puertas a las nueve de la mañana. Lleva 43 años en el casco histórico y afirma que los problemas de la hostelería en esta zona son otros que sí habría que vigilar.