La crecida del río, en situación de alerta, anegó por completo el paseo fluvial
21 dic 2019 . Actualizado a las 11:45 h.El Miño a su paso por la capital está en alerta. La crecida del cauce, tras la borrasca Elsa y el desbordamiento de sus afluentes, dejó en la ciudad imágenes olvidadas por muchos y que llevaron a otros a recordar las inundaciones de hace 20 años. Todo el paseo fluvial quedó anegado, incluso parte de las pasarelas que llevan hasta las riberas. A pesar de todo, no hubo que lamentar más que daños materiales y fueron muchos los ourensanos que se acercaron a las orillas del río para inmortalizar el momento. Con la presa de Velle sobrepasada, el Miño en su discurrir por Oira deja olas parecidas a las del mar en días de revueltos.
También el Barbaña, que durante buena parte del año está casi seco, se llenó de manera brusca, por la escasa posibilidad de morirse en el Miño, que no llega a tragar todo lo que llega aguas arriba, con el río en A Peroxa en alerta desde hace cuatro días. Mientras, la ciudad se repone de los daños ocasionados por el viento en la madrugada del jueves, aunque la lluvia provocó durante toda la jornada diversos accidentes viarios en la capital ourensana, todos de ellos de poca gravedad, pero afectando al tráfico. En la calle Río Mao y en la N-525 se vieron afectados varios vehículos. El Miño seguirá en estado de alerta durante todo este fin de semana a la espera de Fabien, la próxima borrasca, que se dejará notar.
