Los ourensanos invertirán de media más de 50 euros en lotería de Navidad

María Doallo Freire
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Palma Roca

La consignación para la provincia asciende este año a 15, 7 millones de euros, lo que se traduce en 790.000 décimos

20 dic 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Después de que el año pasado cayese el primer premio de la Lotería de Navidad en la ciudad, concretamente en el Café Bar Cervantes, resulta comprensible que la venta de boletos en el 2019 se haya visto incrementada. Sea por lo que sea, Ourense ha experimentado un aumento en la venta de décimos para el sorteo que tendrá lugar este domingo. Según los datos facilitados por Loterías y Apuestas del Estado, la consignación para la provincia asciende en esta ocasión a 15, 7 millones, exactamente un millón de euros más que en el 2017. Si se confirman estas previsiones, y se vende todo lo que se ha consignado, la información se traduciría en unos 789.000 billetes vendidos entre los distintos municipios ourensanos. Los datos de la administración barajan además que, como ya es habitual en los últimos años, el gasto por persona en la compra de lotería suba, llegando a casi los 51 euros por cabeza. De acuerdo a los cifras confirmadas por el momento, hasta el inicio del mes de diciembre la venta de lotería en la provincia estaba en el 55 % de lo consignado. Es decir, 8,5 millones de euros vendidos, medio millón más que en el 2018, lo que pone de manifiesto ese incremento en el consumo de lotería.

«En nuestro caso ya no tenemos décimos para devolver. Habremos vendido sobre 1.200 décimos, que son bastantes más que en el 2018», dice Martina Blanco, propietaria del Café Sil. En su caso cogen el mismo número desde el 2011 y es el 42.259. «Ese año un coche chocó contra nuestra entrada y de toda la puerta, que es de cristal, solo quedó sin hacerse añicos el trocito en el que estaba pegado el cartel de la lotería. Jugábamos a ese número y lo interpreté como una señal», explica Martina. Debió de serlo porque justo un año después, en el 2012, repartían 1.350 euros por boleto. Ese aumento en el consumo lo han notado también en la cafetería Britania, cuya tradición en la venta de décimos viene de largo. «Llevamos más de treinta años cogiendo lotería y en esta ocasión, todo lo que reservamos está ya vendido», dice el dueño del establecimiento, José Antonio González, que admite que no tienen un número fijo ni niguna superstición. El ourensano habla de unos 8.000 euros repartidos en billetes. «Tenemos clientes de toda la vida que siempre cogen sus boletos con nosotros pero, por influencia del hotel Francisco II -situado al lado del café- son muchos los turistas que se vienen y se llevan lotería para fuera», explica.

«En los veinte años que llevamos jugando nunca nos ha tocado nada»

Los «Amigos del Britania», tal y como se llaman en el grupo de Whatsapp, lo tienen claro: la suerte es importante compartirla con la gente a la que se quiere. «Llevamos más de 20 años jugando juntos a la lotería y no dejaremos de hacerlo», explica Pili Ansia. Su marido, Manuel Fernández, es el encargado de guardar los décimos. «Cada año le toca a uno hacerse responsable y esta vez los tengo yo, pero tenemos confianza plena los unos en los otros», dice Manuel.

No compran un décimo por persona, compran unos cuantos y si el número tiene premio, comparten lo ganado. Algo a lo que todavía no se han tenido que enfrentar. «Por ahora, en estos veinte años, nunca nos ha tocado nada», dice otra miembro del grupo, Elena Seijo. Y añade: «Aunque bueno, lo cierto es que la suerte de algún modo está de nuestro lado por tener unos amigos tan buenos». Ninguno de ellos lo duda. Se conocieron hace ya más de tres décadas. «Nuestros hijos tenían tres añitos cuando nos tomamos un café por primera vez y ahora ya van camino de los cuarenta», dice Pili entre risas.

Estos amigos empezaron a jugar a la lotería de Navidad, hace unos 23 años, cuando mudaron sus cafés matutinos a las mesas de la cafetería Britania, donde siguen desayunando juntos cada mañana y donde, por supuesto, siguen comprando sus boletos cada Navidad. Paqui Fernández es la primera en acordarse de la lotería. «Ella está pendiente y nos lo recuerda a todos», dice Marisa Val. Y tiene su explicación. «Un año nos quedamos sin décimo por esperar hasta el último momento y la verdad es que fue un drama. Mira que precisamente suerte en este juego nunca hemos tenido pero esa Navidad la vivimos con angustia. Si llega justo ese año a tocar algo en el Britania y nosotros sin lotería, me da algo», cuenta Paqui.

Confianza e ilusión no les falta y además se divierten, ya que participar en conjunto les da la posibilidad de pensar en qué invertirían el dinero del premio también de forma común. «Sin duda, nos haríamos un viaje juntos», dice Elena, mientras todos secundan su respuesta. Tapar agujeros, cumplirse pequeños caprichos o hacer regalos a sus familias son las siguientes inversiones que harían. Tienen asumido que ganar en este tipo de sorteos es muy complicado pero soñar es gratis. ¿Y si este año les tocase por fin?