La Navidad va por barrios en la capital ourensana

Pablo Varela Varela
p. varela OURENSE / LA VOZ

OURENSE

El Concello apura los plazos para instalar los adornos festivos en zonas de la ciudad que en años previos no dispusieron de ellos

12 dic 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Cae la noche sobre la ciudad, y algunos barrios de Ourense asisten al paulatino encendido de sus luces de Navidad. La inversión del Concello se disparó este año hasta los 175.530 euros con la idea de alcanzar localizaciones que antaño quedaban olvidadas durante las fiestas.

El planteamiento inicial del ejecutivo local era que todos los adornos y tendidos estuviesen instalados y en funcionamiento el día 29 de noviembre, pero al acto de encendido de luces en la plaza Mayor del pasado día 5 aún ha seguido casi una semana más de trabajos más allá del centro que, según el personal del Concello, concluirá este sábado como muy tarde.

Antonio Fernández, asesor del alcalde que realiza el seguimiento de los trabajos, indica que este año se licitó tarde el contrato y que, en parte por ello, se han dilatado los plazos. La empresa pontevedresa Creaciones Luminosas S.L. fue la única que se presentó para optar al proyecto, y como tal fue la adjudicataria.

«Lo normal es que este tipo de procesos estén ya en marcha en enero o febrero, pero este año no se hizo así. De cara al que viene, sí se pondrá en funcionamiento por esas fechas», concreta Fernández. El mapa de distribución de luces que manejan en el Concello, a la espera de que se culmine de cara al fin de semana, pone énfasis en barrios como Mariñamansa, A Milagrosa y A Carballeira. También en O Couto y A Ponte se ha introducido algún adorno nuevo, respondiendo a las demandas de la gente de ir más allá de las calles comerciales del centro.

Manuel Mosquera, presidente de la Federación Limiar, cotejó durante este miércoles las opiniones de las distintas asociaciones vecinales y el esbozo general es el de diversidad de opiniones. «Na Follateira parécelles ben como está, igual que na Cuña e no barrio da Cruz Alta, porque alí din que polo menos teñen algo e o ano pasado non había», dice Mosquera. Mientras, en Barrocás y Cabeza de Vaca ven que las luces de Navidad han llegado más o menos igual que en los años anteriores. Por otro lado, en A Carballeira y O Couto, los representantes de los vecinos se muestran algo más descontentos, aunque todavía faltan tendidos por instalar.

Hay quien no se fijó en exceso en los diseños ahora presentes en las calles y otros que, sin embargo, muestran su extrañeza ante los peces espada y los delfines que brillan en la calle Ervedelo. No solo están allí, sino también en la avenida de Santiago, camino de O Vinteún. «En termos xerais, a xente si pensa que o alumeado é vello. E non lles gustan nin os peixes nin os ositos», comenta Mosquera.

Pero como la inversión también es objeto de juicio, Lorinda Fernández, presidenta de la Agrupación Vecinal Miño, señalaba que tal vez «sería mellor empregar os cartos para cousas máis necesarias como os comedores sociais». Y es que ya sabe, incluso con las luces la felicidad va por barrios.

«As luces están ben, pero eu prefiro que arreglen o firme da estrada»

El test de satisfacción de las luces navideñas en Ourense deja, como casi siempre, división de opiniones. Algunos vecinos miraban con algo de desconcierto durante estos días las figuras de los delfines en los tendidos, pero hay quien tampoco reparó en ellos.

Asunción Aydillo, de 71 años, es una de ellas. Este miércoles, al contemplarlos, decía verlos «más propios de una ciudad de mar o donde haya un puerto». Su nieto Daniel, de diez primaveras, recuerda que el año anterior había bolas en lugar de peces. «Y me gustaban más», señala. Antonio Fernández, el asesor de la alcaldía en el Concello, tampoco se quedó indiferente ante ello. «Creo que los delfines me sorprendieron a mí y a media ciudad», cuenta.

Mientras, en la plaza del Sagrado Corazón de A Carballeira, vigilaba Lolo Quintas a unos niños que jugaban al fútbol en la plaza contigua a la iglesia. El año pasado se decoró el abeto y el barrio es uno de los que el Concello puso en su punto de mira para repartir mejor la iluminación. Quintas, que lleva viviendo allí 14 años, ve una pequeña mejora. «Hay algún arco que antes no había y es cierto que en la avenida de Portugal también se ven más, porque otros años estaba algo más desangelado», indica.

Llegando a O Vinteún, en la avenida de Santiago, José Luis Guerra comparaba Vigo con Ourense. Él vive en la ciudad olívica. «Lo que veo en este barrio está bien, y creo que le da vidilla al comercio», sostenía. «Igual lo de Vigo es un poco de despilfarro también, aunque si luego te va más gente...», añadía. Sira Suárez, que vive al final de la calle, confirmaba que sí, han palpado «un chisquiño de melloría» con relación a años previos. Tampoco se había fijado en los delfines y aludía a los iconos vinculados a la identidad de la ciudad como un posible recambio: «Quizais poñendo castañas nos adornos, ou así...»

Al otro lado de la ciudad, entre A Cuña y Mariñamansa, el termómetro de aceptación se mantiene caliente. Mari Quiroga y su marido, Celso Fernández, lo comprobaron jugando a la partida este miércoles. «Mentres estabamos hoxe no bar, os veciños da Cuña dixéronnos que están encantados», comentan ambos. En A Milagrosa, por otro lado, también dan su aprobación a la presencia de luces. «Puxeron varios arcos nas rúas máis grandes da zona, e iso está ben», dice Manuel Rodríguez, vecino de 34 años. Aunque también agregaba un pero: «Eu prefiro que vaian arreglando o firme das estradas que hai na cidade».