¿Qué pasa con el cine?

María Doallo Freire
María Doallo NO SÉ NADA

OURENSE

30 oct 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

De que Joker es un éxito no cabe duda, por eso voy a evitar el hacer apología y situar a Joaquin Phoenix como claro candidato al Oscar. Aunque lo es. El actor y su personaje han conseguido llenar las salas del único cine que tiene Ourense. Lo han hecho durante varias sesiones a lo largo de las últimas semanas. Hace poco estuve en Sevilla, en Osuna, y por cuestiones de la vida terminé yendo dos días seguidos al cine en Écija. Se trata de una pequeña localidad sevillana que vive básicamente de la agricultura y la ganadería, del campo, cuya población no alcanza los 40.000 habitantes. Tiene un cine que da vértigo. Una decena de salas enormes, con el doble de butacas de lo que conocemos, asientos acolchados, en los que no se necesita colocar los pies sobre el respaldo del de adelante para estar cómodos, y todos los estrenos en cartelera. Pero, sobre todo, tiene salas llenas con asiduidad y palomitas de caramelo -lo nunca visto en Ourense-. Pasé dos tardes entusiasmada, más tarde se convirtieron en preocupación. Aquí duplicamos la población pero las salas no se llenan y la mitad de los grandes estrenos de cada semana se quedan fuera. Cabe pensar que es responsabilidad de la empresa que gestiona nuestro, repito, único cine comercial, pero eso solo sería hacernos los necios. La realidad es que el público ourensano no consume audiovisual suficiente para cumplir las expectativas de quienes lo devoramos sin que nos duela en el bolsillo. ¿Tal vez sea por eso? Netflix o Movistar Plus salen más a cuenta. ¿Ahorro? Ir al cine ha dejado de ser un plan, una experiencia en una pantalla kilométrica, un rato de evasión, de diversión, solos o bien acompañados. ¿No os gustan las salas o es el séptimo arte?