Veinticinco años de La Abadía

Por María Doallo OURENSE

OURENSE

Miguel Villar

El restaurante, que nació siendo una cervecería, celebra su primer cuarto de siglo con una fiesta

23 oct 2019 . Actualizado a las 14:32 h.

Fue un sábado. Exactamente el 22 de octubre de 1994. Ese día La Abadía abrió sus puertas por primera vez y lo hizo como cervecería. «Teníamos otro restaurante, la parrillada Don Pablo, pero empezaron a ponerse de moda los bares que ofrecían multitud de cervezas de distintas partes del mundo, así que decidimos apostar por ese concepto y así nació La Abadía». De esta forma lo explica Daniel Martínez, propietario del restaurante junto a su mujer, Benita Valencia. Desde aquella copiosa inauguración, en la que no faltaron ni las cañas ni las tablas de embutidos y de quesos, hasta hoy han pasado 25 años. Llenos de esfuerzo, dedicación y, sobre todo, cargados de paciencia para dibujar un camino que va a más. «Creo que la clave está en que nunca desistimos y en que nos hemos intentado adaptar a los gustos de nuestros clientes, por eso mismo decidimos convertirnos en restaurante. Aquí puedes comer de todo con un precio módico», continúa Daniel.

Comenzaron alquilando un pequeño local en la calle Valle Inclán. A los pocos años lo compraron. Y llegada la década de los 2000 ampliaron su espacio comprando el local contiguo. Muchas son las cenas de Navidad, reuniones de amigos y comidas familiares que se han celebrado en sus salones a lo largo de este cuarto de siglo que aspira a ser el primero de varios. «A nosotros nos quedan algunos años en la gerencia pero, quién sabe, a lo mejor continúa con la segunda generación», cuenta.

Ahora apuestan por las carnes rojas, pero de su carta siempre han destacado el bacalao a la portuguesa y el jamón ibérico. Otro clásico del restaurante son las pizzas, para algunos las mejores de la ciudad, que no faltaron este martes en la fiesta de aniversario. Una celebración para La Abadía pero sin duda también para todos los que se sientan a sus mesas día a día. «Tenemos clientes que llevan con nosotros desde que abrimos y otros que se han ido sumando. Esta fiesta es para ellos, por su fidelidad y por haberse convertido en amigos. Es un orgullo y una felicidad enorme poder soplar tantas velas y tan bien acompañados», finaliza Daniel. Y que cumpla muchos más.