Dijo en el juicio que era un caballero y no había pegado a su novia, pero el juez no le creyó

La Voz OURENSE / LA VOZ

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IAGO CORTÓN

Un vecino del edificio de enfrente relató en el juicio que vio al sospechoso abofetear a su pareja y agarrarla por el cuello

15 oct 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Manuel David N. R. se sentó en el banquillo de los acusados del juzgado de lo penal hace algunas semanas para responder por una acusación de malos tratos hacia su compañera sentimental. En el juicio negó los cargos que se le atribuían y alegó que no la había tocado porque es «un caballero», pero el juez no le creyó.

Es por ello que ahora el magistrado dicta una sentencia condenatoria contra el sospechoso, al que le impone una condena de nueve meses y un día de prisión como autor de un delito de malos tratos. En la resolución, sobre la que cabe recurso de apelación ante la Audiencia provincial, ha tenido un peso importante la prueba de cargo aportada por un testigo, que relató como fueron los hechos, ocurridos poco después de la medianoche del 6 de agosto del 2018. Reside en el edificio de enfrente, o así era en el momento de los hechos, y aquella noche estaba en el balcón cuando se produjo el incidente que ha sido objeto de juicio. «Pese a la versión exculpatoria del acusado [...] los hechos imputados por el ministerio fiscal han quedado acreditados, merced a las contundentes declaraciones de los testigos que comparecieron en el juicio», recoge la sentencia, que considera «de singular trascendencia» la declaración de esta persona. «Declaró en el juicio que vio como el hombre pegaba a la mujer, propinándole dos o tres tortazos y agarrándola por el cuello», explica el magistrado, quien pone además de manifiesto que el testigo «había visto los hechos perfectamente desde la ventana en la que se encontraba».

La víctima no declaró

Dado que la víctima de los hechos se negó a declarar, acogiéndose a la dispensa que le ofrece la ley, este testimonio ciudadano ha sido fundamental para desvirtuar la presunción de inocencia del acusado. A mayores, el togado contó con la presencia en el juicio de otros dos residentes en el edificio, que escucharon la noche de autos gritos procedentes de la vivienda del acusado. Aseguraron que habían oído a la víctima gritar «para, para», lo que a juicio del magistrado refuerza la hipótesis de que se produjo un episodio de malos tratos.

Además de la medida de prisión la sentencia establece que el acusado no pueda acercarse a menos de 300 metros de la víctima o comunicar con la víctima durante dos años, viéndose además privado para la tenencia o el uso de armas durante ese mismo tiempo.