El clan Madriles, a juicio por el rapto y violación de una joven durante 20 días

m. v. OURENSE / LA VOZ

OURENSE

MIGUEL VILLAR

La vista será en octubre en la Audiencia y la Fiscalía pide penas de hasta 19 años de cárcel

28 sep 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El rapto de una joven, que durante veinte días del mes de enero del 2018 permaneció encerrada en una vivienda de la capital ourensana sufriendo abusos sexuales y malos tratos reiterados, llega a juicio este mes en la Audiencia Provincial. Para los días 16 y 17 de octubre se ha reservado la sala de vistas de este tribunal, en el que se juzgará a los seis implicados en los hechos, todos integrantes de una misma familia y todos pertenecientes al conocido policialmente como clan de los Madriles.

La pena más alta, 19 años de prisión, es la que se solicita para Javier G. J., de 40 años. Según el fiscal del caso fue él quien tramó un plan para retener contra su voluntad a la víctima, con la que antes de los hechos pasó varias noches en un hostal de la capital ourensana, manteniendo ambos relaciones sexuales consentidas. Después de eso, el 7 de enero el acusado la convenció para que fuese a su casa, situada en la calle Dalia, cerca del cementerio de San Francisco. Ahí habría empezado un calvario que se prolongó durante 20 días, hasta que la policía asaltó la vivienda y la liberó. «El acusado concibió desde el momento en que la víctima lo acompañó impedirle marcharse de su lado, privándola de su capacidad deambulatoria obligándola mediante una conducta violenta y agresiva, acompañada de continuas intimidaciones a permanecer en la vivienda», recoge el escrito de acusación del caso, en el que también se asegura que a la chica le quitaron el móvil, permitiéndole que de vez en cuando enviara mensajes a su familia, con contenidos que ellos mismos dictaban. Durante el tiempo que duró esta situación, el acusado habría obligado a la chica a mantener relaciones sexuales contra su voluntad, a diario y bajo la amenaza de que si no se sometía la mataría, como también a su familia. Habría llegado asimismo a amenazarla con una escopeta si ella se negaba.

En estado de pánico habría vivido la víctima durante el tiempo de cautiverio, siendo sometida «a un trato degradante, con continuas humillaciones y vejaciones». Así, la habrían forzado a beber alcohol y tomar drogas, le habrían cortado el pelo contra su voluntad y la habrían obligado a bañarse en agua fría, impidiéndole comer porque, a juicio se su captor, «estaba muy gruesa».

Da constancia el escrito presentado por la Fiscalía de Ourense de la crudeza de la conducta que, presuntamente, mantuvo el acusado con la chica durante aquellas casi tres semanas. «Con ánimo de atentar contra su integridad corporal la golpeó en diversas ocasiones con palos y barras de hierro causándole múltiples heridas», explica el informe, que aprecia en todo lo ocurrido la existencia de cinco delitos imputables al principal sospechoso, que está en prisión preventiva desde su arresto a finales de enero del 2018. Se trata de detención ilegal, agresión sexual continuada, coacciones continuadas, trato degradante y lesiones. Además de la prisión, el fiscal pide que Javier J. G. no pueda acercarse a la víctima durante 13 años.

 Todos ayudaron

Junto a él, en el banquillo de acusados, se sentarán sus padres y sus tres hermanos, quienes durante el tiempo del cautiverio habrían controlado los movimientos de la víctima para que no escapara, impidiendo también que contactara con su familia o pidiera ayuda de alguna manera. Por ello se les imputa un delito de detención ilegal por la que el fiscal solicita tres años de prisión.