«Hay miedo entre el empresariado, porque se nota ya una desaceleración»

Rubén Nóvoa Pérez
rubén nóvoa OURENSE / LA VOZ

OURENSE

MIGUEL VILLAR

Marisol Nóvoa, presidenta de la CEO, hace balance de un aterrizaje que califica de «movidito»

22 sep 2019 . Actualizado a las 17:44 h.

Marisol Nóvoa se convirtió en la primera mujer al frente de una patronal gallega en toda la historia el pasado 6 de junio. Asegura que no le pesa la responsabilidad y que, precisamente, fue el aliento de muchas empresarias el que le animó a dar definitivamente el paso. Asegura que el tejido empresarial empieza a estar inquieto con el escenario que se avecina y que la provincia tiene que prepararse para la llegada del AVE y evitar que los viajeros pasen de largo.

-¿Pesa la responsabilidad de ser la primera mujer al frente de una patronal gallega?

-Para mí es un reto, porque de alguna manera se rompe un techo de cristal. Uno de los motivos que me llevó a dar el paso es que muchas veces estás en mesa para abordar cuestiones de la desigualdad y una de las conclusiones de que hay pocas mujeres en puestos de responsabilidad, si cuando tenemos la oportunidad, renunciamos siempre estaremos en la misma situación.

-¿Cuál es la salud en la que se ha encontrado la CEO? ¿Ha perdido poder?

-La salud de la CEO es buena, lo que sucede es que el presupuesto ha descendido en los últimos años, porque gran parte de los ingresos llegan de la formación y las ayudas para estos cursos son cada vez menores; han bajado casi la cuarta parte.

-¿Se nota el vacío que ha dejado la Cámara de Comercio?

-Se nota, porque era la única que podía emitir certificados para las empresas que exportan. Hubo unos meses que estaban las empresas en una situación delicada, porque no se podían enviar de forma telemática los certificados desde Santiago. Ahora, queremos que se puedan hacer desde Ourense. Nosotros nos preocupó siempre la situación de la Cámara, pero la CEO no podía asumir su deuda y tampoco era compatible la fusión, porque una es de carácter público y otra de privado. Queremos buscar alguna fórmula de llevar alguna de sus funciones.

-¿Hay mucho de que «hay de lo mío» entre el empresariado?

-El espíritu en general es bueno y de ayudar al colectivo. Los servicios que tenemos están muy bien valorados, como el de exportación o el del asesoramiento.

-En los encuentros institucionales que ha mantenido hasta ahora, ¿qué reivindicaciones ha puesto encima de la mesa?

-Se hablan de los temas que afectan al colectivo. Los principales problemas pasan por la falta de un plan de urbanismo en Ourense. A las empresas constructoras les está afectando mucho, porque no se puede hacer nada. Lo único que les queda es la rehabilitación y es un proceso muy engorroso; urge su aprobación porque muchas están en una situación complicada. Otro tema que seguimos muy de cerca es el del AVE, queremos un tren que cuando llegue aquí la gente se baje y para eso hay que preparar muy bien a la ciudad. Tenemos que ofrecer una ciudad atractiva para lograrlo.

-La CEO tuvo una época muy reivindicativa con el AVE, pero hace tiempo que bajaron la intensidad. ¿Les convencen el modelo de estación intermodal?

-Es un tema en el que poco podemos hacer porque son cuestiones políticas, más allá de reivindicar. A todos nos gustaría una buena estación, pero lo que más nos preocupa es que se terminen las obras de una vez, llegue el AVE y que la ciudad esté preparada para que se convierta en un atractivo.

-¿Hay preocupación entre el empresariado por la situación económica?

-Hay miedo entre el empresariado porque se está notando ya una desaceleración económica, en la que influye sobre todo la inestabilidad política que hay. En este momento, nos encontramos con una convocatoria de elecciones y nos vamos a poner casi en el verano que viene en la situación que estamos; con unos presupuestos prorrogados y con muchas cuestiones que estaban planteadas y que no se van a poder hacer.

«Hay quien promovió un homenaje a Pérez Canal y ahora pide sus cuentas»

El primer trimestre de Marisol Nóvoa al frente de la CEO ha sido «movidito», tal y como ella reconoce. En este período ha tenido que hacer frente a una demanda presentada por la otra candidatura que optaba a la presidencia y que finalmente optó por abandonar.

-¿Se esperaba este fuego cruzado entre empresarios?

-No, no me lo esperaba. El proceso electoral fue convulso. Intenté por todos los medios llegar a una candidatura de consenso, pero me fue imposible. Después, empezaron a salir una serie de acusaciones que hicieron mucho daño a la confederación. De esa manera no vamos a ningún sitio y considero totalmente incoherente, por ejemplo, retirar una candidatura el mismo día de las elecciones. Hablaban de no dañar la imagen de la institución, pero después la situación fue a peor con denuncias incongruentes incluso en el juzgado.

-¿Le sorprendió que pidan por registro las cuentas del 2018?

-Las cuentas se aprobaron por unanimidad a finales de abril, por lo que no le encuentro explicación. Las cuentas de ese año aún corresponden al mandato de José Manuel Pérez Canal, que en paz descanse, porque falleció en noviembre y hasta casi al final siguió llevando la CEO. No sé si está poniendo en entredicho su gestión y me llama la atención que una de las personas que promovió un homenaje a su figura, ahora esté pidiendo las cuentas de ese presidente. El único sentido que le veo es desprestigiarnos.

-La denuncia judicial se centra en que uno de sus miembros de la candidatura, Benito Iglesias, no tenía al día el pago de las cuotas. ¿Se arrepiente de llevarlo?

-Si lo hubiese sabido, no lo hubiese llevado, soy así de sincera, aunque ahora está cumpliendo los plazos del compromiso de pago.