«José Luis López Iglesias es el mejor alcalde que hemos tenido en Ourense»

Miguel Ascón Belver
miguel ascón OURENSE

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MIGUEL VILLAR

Peña-Rey recuerda cómo convivían partidos muy diversos en el primer gobierno local tras las elecciones municipales de 1979

14 jul 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Viniendo de quien viene dice mucho de cómo era entonces la política y de cómo ha evolucionando hasta ahora. Manuel Peña-Rey, histórico comunista ourensano, asegura que José Luis López Iglesias, el primer alcalde democrático tras el franquismo, «es el mejor que hemos tenido». Y hay que tener en cuenta que antes, durante el régimen, el regidor ya era concejal y, mientras, Peña-Rey actuaba en la clandestinidad.

Tras la muerte del dictador, todo cambió y el Partido Comunista pudo presentarse a las elecciones. También a las primeras municipales, celebradas en abril del año 1979. Cuatro décadas después se habla mucho de la fragmentación del panorama político actual, pero la corporación que salió de las urnas en aquel momento reflejaba también un amplio abanico de opciones. Aquellos comicios los ganó la Unión del Centro Democrático de José Luis López Iglesias, que obtuvo 10.514 votos, muy lejos de la mayoría absoluta.

La UCD tenía, además de López Iglesias, ocho concejales: Segundo Fernández, Manuel Pereira, Adelaida García, Victorino Núñez, José Ramón Vázquez, Juan Carlos Mosquera, José Lorenzo y Manuel Pérez. El PSOE tenía cinco representantes (José Sueiro, José Manuel Iglesias, Manuel Veiga, Manuel Rebollo y Manuel Estévez) al igual que la Coalición Democrática, germen del PP (Celso Vázquez-Gulías, Florencio Álvarez, María de la O Casares, José Rodríguez y Manuel Ángel Villanueva). Además había dos ediles del Partido Comunista de Galicia (Manuel Peña-Rey y Ernesto Gómez), del BN-PG (Norberto Tabarés y Milagros Freán) y de una formación independiente (Adolfo Saa y Luis Carbajales).

Dadas las circunstancias, partidos políticos muy diferentes entre sí estaban obligados a entenderse para poder gestionar el Ayuntamiento. Y así fue. Hasta el mismo día de la investidura no se confirmó que López Iglesias, como candidato de la lista más votada, sería el alcalde, pero en la Junta de Gobierno que creó después hubo representantes de todas las candidaturas que lograron representación. La derecha convivía con los comunistas en la gestión diaria del Concello y Manuel Peña-Rey Bouzas se ocupó de la concejalía de Sanidad, aunque también participaba en la comisión de Urbanismo y en la de Limpieza. «Sabía escuchar y, cuando veía que no tenía la razón, cambiaba de idea», explica el entonces líder del PCG en Ourense, que hoy en día es presidente de honor del partido.

Todo se discutía, se debatía y, en muchos casos, se llegaba a acuerdos. Por ejemplo, tras el golpe de Estado del 23F se convocó un pleno extraordinario para condenarlo, recuerda Peña-Rey, que explica que el primer año se opuso a la aprobación de los presupuestos municipales porque estos los elaboraba el secretario. «Siempre los hacía igual y votamos en contra», sentencia el histórico comunista ourensano, que también recuerda los avatares que supuso la aprobación del plan de ordenación urbana (un asunto que sigue generando quebraderos de cabeza hoy en día). Peña-Rey recuerda que se pretendía abrir al público las parques interiores de la ciudad para que esos espacios pudiesen ser disfrutados por todos, pero los dueños inmediatamente solicitaron cerrarlos. También en el ámbito urbanístico en aquel entonces se propuso cubrir el río Barbaña con una carretera, pero la idea no fructificó, celebra el exconcejal: «Era un disparate porque lo que había que hacer era limpiarlo, no taparlo».

Concejal de Sanidad

Manuel Peña-Rey, que era un prestigioso médico, se encargó de la cartera de Sanidad en aquel primer gobierno democrático y los retos de entonces eran muy diferentes. Recuerda, por ejemplo, que eran habituales los casos de rabia y él hizo que la vacuna para los perros fuese gratuita y obligatoria. También recuerda que mandó analizar el agua de todos los manantiales del municipio y resultó que todos estaban contaminados. «No sé si ahora seguirán haciendo estas cosas», se pregunta el exedil, que también tenía entre sus responsabilidades la gestión de los cementerios. Aunque después inauguró la obra el PSOE, él fue quien impulsó la construcción del de Santa Mariña. Él quería que hubiese un edificio civil pero se construyó una iglesia y también defendía un crematorio de gestión directa, pero finalmente fue en régimen de concesión. En aquellas fechas fue también cuando se inauguró el hospital provincial y, según explica, para poder hacer uso de sus servicios, los pacientes debían de contar con un documento firmado por el alcalde certificando que eran «pobres de solemnidad». Peña-Rey trabajó entonces para eliminar ese requisito, que consideraba discriminatorio y cruel.

Entre las anécdotas de aquellos tiempos, Peña-Rey destaca una propuesta del PCG que rechazaron el resto de grupos. Los comunistas querían dedicar una calle en la ciudad a Charles Darwin y organizar actividades formativas para explicar a los ourensanos la evolución. Quizás era demasiado pronto. «Queríamos cambiar la mentalidad de la gente, pero todos votaron en contra», lamenta el exconcejal, que también asegura que en aquel entonces propuso la peatonalización de las calle del Paseo y de Santo Domingo. De nuevo, Peña-Rey se adelantó en el tiempo.