José Luis Doval: «Prefiro que estea no PSOE que por aí tirado sen facer nada ou de botellón»

Miguel Ascón Belver
miguel Ascón OURENSE / LA VOZ

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MIGUEL VILLAR

El padre colaboró con EU, BNG y CxG y el hijo lidera las Xuventudes Socialistas

20 dic 2021 . Actualizado a las 10:46 h.

«Prefiro que estea no PSOE que por aí tirado sen facer nada ou de botellón», dice José Luis Doval de su hijo Xurxo, que es el secretario general de la agrupación local de Xuventudes Socialistas en Ourense. El padre es conocido por su profesión como médico -es un prestigioso ginecólogo- pero también por su conciencia política. Nunca estuvo en el PSOE, pero siempre sí que tuvo vínculos con otras organizaciones de izquierdas.

José Luis Doval empezó su vida política activa en Esquerda Unida, pero lo dejó en el año 1997 cuando fracasó la coalición propuesta entre esa formación y los socialistas, encabezados entonces por Abel Caballero. Posteriormente fue las listas del BNG por un «ofrecemento persoal» de Anxo Quintana, aunque pidió ir en puestos de relleno para no salir. Su principal reto en aquella etapa era, en realidad, el de colaborar con los nacionalistas en el desarrollo de un proyecto de ley sanitaria. Después pasó muy brevemente por Compromiso por Galicia, aunque acabó decepcionado con la deriva de ese proyecto y actualmente no participa activamente en ningún proyecto político.

La voz de la experiencia

«Igual é que son moi vello, pero vexo a política actual moi baleira de contidos. É unha política de selfies, de ideas peregrinas para problemas complexos que esixen de máis análise. Ademais os partidos parecen empresas piramidais, e convértense no único traballo para moita xente», dice José Luis Doval, dibujando de este modo un triste panorama de la política partidaria al que aún le quedan por añadir las «navalladas dos propios compañeiros de partido». No le parece mal, sin embargo, que su hijo haya elegido militar en el PSOE. «Gústame que teña ideoloxía social», dice Doval, que añade que espera que le ayude a ser «boa persoa». Confía, además, en que «por conseguir un posto de traballo ou de representación política non renuncie nunca aos seus ideais». En definitiva, según dice, «o importante son os ideais, e os partidos son soamente instrumentos para levalos a cabo».

Xurxo se afilió a las Xuventudes Socialistas inmediatamente después de cumplir la edad mínima para ello, a los catorce años (aunque ya tenía la decisión tomada meses antes). Le marcaron los primeros discursos que oyó a José Luis Rodríguez Zapatero o Alfredo Pérez Rubalcaba y comenzó a militar en un momento de desplome electoral del PSOE, tras las europeas del 2014. «Pensei que era o momento de axudar e de colaborar», resume el joven Doval, que confiesa que su padre es para él «un referente pola súa axuda á cidadanía como médico e como político, e porque sempre é fiel ás súas ideas neste mundo no que vivimos, que está cheo de cambiachaquetas».

Profesionalmente, sin embargo, ha decidido seguir un camino diferente al de su padre. De sus tres hijos, solo una -la mediana- decidió apostar por la medicina. Xurxo comenzó a estudiar Matemáticas, pero no estaba del todo satisfecho con su elección y ahora se prepara para empezar una nueva etapa en Económicas, concretamente en la Universidade de Santiago de Compostela. Su intención, explica, es terminar ese grado y, después, si es posible, seguir estudiando o bien Ciencias Políticas o bien Relaciones Internacionales. Con 19 años le queda toda la vida por delante.

La sangría demográfica, una preocupación compartida

José Luis Doval y su hijo Xurxo comparten una visión muy negativa del Ourense actual, especialmente por la falta de oportunidades para los jóvenes. «En doce ou catorce anos Ourense vai ser un gran xeriátrico atravesado polo AVE e pola autovía», dice el padre, que es pesimista sobre la utilidad a estas alturas de las políticas de empleo públicas. Lo que tiene claro es que la solución no se encontrará en «pactos de intercambios de cromos», en clara referencia al acuerdo de gobierno de Partido Popular y Democracia Ourensana para repartirse el poder en el Concello y en la Diputación. José Luis destaca, no obstante, el problema demográfico, que conoce bien de cerca por su trabajo y destaca que esta fue la primera provincia española en la ya hay más pensionistas que trabajadores activos.

«Hai tempo que en Ourense xa non se fala en clave de xuventude», añade Xurxo, que pone como ejemplo el destino de estudios o de trabajo de sus compañeros de instituto. De los 120 que terminaron las clases junto a él, deben quedar en la ciudad «dez ou once», asegura. Él mismo no tiene demasiadas esperanzas de poder quedarse. «Eu posiblemente acabarei traballando fóra de Galicia», lamenta.