«Yo defino Ourense como mi familia, porque aquí es donde están mis raíces»

Pablo Varela Varela
Pablo Varela OURENSE / LA VOZ

OURENSE

Álvaro Serrano

Ledicia Sola será hoy la pregonera en las Festas de Ourense

22 jun 2019 . Actualizado a las 10:34 h.

Las alturas de la Praza Maior alumbrarán hoy, a las 22:00 horas, la puesta en escena de una de sus hijas pródigas. La actriz Ledicia Sola (1978), pregonera en el acto inaugural de las Festas de Ourense, vive a caballo entre Madrid y su urbe natal, de la que nunca se olvida y donde interiorizó siendo muy pequeña que su camino iba hacia lo artístico. Tenía razón: sus pasos se detuvieron delante de las cámaras para triunfar en series como «Gran Reserva» y «Vivir sin permiso». Y ahora, por un día, también la han llevado ante su gente.

-En cierta manera, y por un rato, es usted profeta en su tierra.

-Pues sí. Y estoy sorprendida, porque el refrán dice que nadie lo es, y pensaba que era real. Lo considero un lujo. Cuando hago actuaciones me da más responsabilidad hacerlo en mi tierra, junto a mi gente, familia y amigos. Siempre quieres hacer las cosas todavía mejor, así que es una grata sorpresa.

-¿Qué es para usted Ourense?

-Yo defino Ourense como mi familia, porque aquí es donde están mis raíces. Esa palabra recoge todo lo que significa para mí venir aquí. Me marché con 18 años, y aquí pasé toda mi infancia. Es mi hogar. Lo importante para mí. Y así se ha mantenido por los años. Cada vez estoy pasando más tiempo en Ourense, pero siempre depende de la movilidad en el trabajo.

-¿Por qué la interpretación?

-En mi caso es totalmente vocacional. Es algo que no escoges. Desde pequeña quise ser escritora, cantante y actriz, pero soy de hacer las cosas al revés. Me centré en la interpretación porque me apasionó desde el principio. Era lo mío, y además parecía que se me daba bien. Ahora estoy recuperando las otras cosas y haciendo lo que me gusta, como si cerrase un círculo. Porque ser actriz requiere a veces el 200 % de tu tiempo, y dejarse todo para focalizarte en ello.

-¿Hubo algún componente familiar en la decisión que tomó?

-Mis padres me apoyaron desde el principio. Son personas que consideran que uno debe hacer lo que le haga feliz. Me transmitieron esa manera de vivir, yo la heredé y me dio alas. Ellos siempre fueron emprendedores. Mi padre tenía una tienda de discos; mi madre trabajó en la radio y después montó una empresa. Tenían iniciativa. En mi caso, me gustaba la interpretación y me apoyaron para que lo intentase.

-¿Afloraron las dudas en algún momento?

-La verdad es que no. Siempre lo tuve claro. Las dudas son si quieres buscar un trabajo que te permita una estabilidad o un sueldo fijo, y creo que todos pasamos por esa etapa. Mucha gente me preguntaba cuál era el plan B si no funcionaba lo de ser actriz. Y yo respondía: «Mi plan B es hacer funcionar el plan A». En el momento que te planteas hacer otras cosas o cambiar, lo dejas de lado. Se te va. En Londres trabajé en un teatro de acomodadora, y no de actriz. También de camarera y en una empresa de telefonía. Allí, me quisieron ascender. Y me fui. Si seguía, sabía que no haría lo mío. Quería ser actriz, así que tienes que jugártela.

-¿En qué momento sintió que empezaba a valorarse su trayectoria?

-Es una pregunta complicada. La interpretación es una profesión muy expuesta, de la que todo el mundo opina y con la que sufres mucho. Y tienes que centrarte, intentar estar en un término medio, así que no estoy nunca pendiente de las valoraciones que se hagan sobre mí, sean para bien o para mal.

-Galicia parece un filón inagotable de historias para el audiovisual nacional. ¿Qué perspectiva le aporta en este sentido la visión desde Madrid?

-Me lo ha dicho gente de Madrid y lo vivo dentro de la profesión: tenemos un gremio que lleva más de 20 años trabajando y estamos preparados artística y técnicamente. Allí lo valoran, porque son conscientes de que hay nivel y por eso importan talento gallego. Y Galicia permite muchas posibilidades como plató natural, tanto a nivel de costa como en montaña. Es un marco incomparable para rodar, porque hay pocas regiones con tanta variedad de exteriores en tan pocos kilómetros. Y eso es algo que se valora mucho a la hora de desplazar los equipos.