Preguntado por si estaría dispuesto a pactar con Baltar, Jácome no descarta ningún escenario. «Pactaría con el diablo si consigo el cielo para Ourense», dice con insistencia. El líder de DO nunca se refirió al presidente de la Diputación como un «diablo», pero sí le llamó «psicópata de corbata» o «infantil crónico». Es, según dijo recientemente, «un dirigente político que ya está en el terreno de las alucinaciones», «un niño grande que anda mirando los mensajes de Twitter como un adolescente mira los likes de Facebook». Además, Democracia Ourensana criticó en su día que los presupuestos elaborados por Baltar siempre acaban en siete, su número favorito. Jácome llegó a compararlo con el dictador de Corea del Norte y fue noticia cuando propuso crear un museo del caciquismo o colocar retratos del presidente ourensano en los colegios de la provincia.
Aunque ahora no descarte pactar con él, Jácome dijo en repetidas ocasiones que en estas últimas elecciones se presentaba en más ayuntamientos (pasó de tres a once) con el objetivo, precisamente, de «romper la mayoría absoluta de la saga y echar a Baltar de su reino». Cuando anunció la expansión de Democracia Ourensana dijo: «Votar a un alcalde del PP es perpetuar a Baltar. Rompamos la cadena». Ese mensaje lo repitieron durante la campaña él mismo y también el robot que alquiló para saludar a los ourensanos en la rúa do Paseo: «Fuera, caciques». Y, tras el 26M, propuso un pacto a cuatro con el objetivo de cambiar el gobierno provincial.