El robo a mayores del rural, primera preocupación de la Guardia Civil

Cándida Andaluz Corujo
c. andaluz OURENSE / LA VOZ

OURENSE

MIGUEL VILLAR

La Benemérita celebró sus 175 años de historia con un acto en la comandancia

24 may 2019 . Actualizado a las 08:16 h.

La Guardia Civil celebró en Ourense de forma especial el 175 aniversario de su fundación. Durante el acto celebrado en la comandancia, que estuvo presidido por el coronel Manuel Javier Novo Colldefor, y el subdelegado del Gobierno, Emilio González Afonso, se entregaron condecoraciones y se homenajeó a un grupo de agentes jubilados o en la reserva. Diferentes autoridades de la provincia acudieron a una celebración en la que se recordó la historia de la benemérita y se hizo hincapié en la labor que realiza en zonas del rural cada vez más abandonadas y envejecidas, no solo a la hora de garantizar la seguridad sino en el acompañamiento gracias a los 36 cuarteles que existen en la provincia.

El coronel Manuel Novo Colldefor presidió el que será con toda seguridad su último acto oficial en la comandancia ourensana, después de su ascenso. Su destino y marcha definitiva es todavía una incógnita, según indicó, ya que está a la espera de que se haga público el nuevo reglamento. Tras el acto, señaló que una de las mayores preocupaciones del instituto armado ourensano es acabar con los robos a personas mayores en el rural. En este sentido, indicó que se sigue trabajando en la localización del segundo asaltante de la casa de Boborás. También, subrayó, que seguramente dejará Ourense sin dar por finalizada la investigación del crimen de Vilanova, el caso más importante que dirigió desde su llegada en el 2011.

«Desde pequeño fue su vocación»

Durante el acto de celebración se rindió tributo al agente José Miguel Sobrino Pérez, de San Cibrao das Viñas, que dio su vida en el cumplimiento del deber en noviembre del 2003. Estaba destinado en el Destacamento de Tráfico de Ourense y falleció en un accidente a los 35 años. Su madre, Antonia Pérez Santás, recibió una placa de recuerdo. «A él le gustaba mucho la moto y recorrió todas las vueltas ciclistas de España», explicó la madre. «Desde pequeño fue su vocación. Él siempre quiso ser militar. Nuestra situación no era muy boyante y un día, mientras hacía bachillerato, nos dijo que quería hacer el servicio militar por la Guardia Civil. Dijo que así podía seguir estudiando y como le pagaban, ayudar a la familia», explicó Antonia Pérez. Hizo la mili en Úbeda y a los 19 años ya fue Guardia Civil, con destino en Baltar. Seguidamente se trasladó a Palma de Mallorca y Bilbao. «Cuando estuvo en el País Vasco lo pasamos mal. Yo iba muchas veces a visitarlo. Él salía a la calle de paisano, pero llevaba un chaleco antibalas y eso me impresionó mucho. No me quería preocupar, pero me asusté», relató.

Al final, dejó su vida a dos kilómetros de su casa, en Barreiros: «Iba en acto de servicio. Acabábamos de comer juntos, eran sobre las tres de la tarde... A las cuatro ya estaba sin hijo», lamentó Antonia Pérez. Todavía queda dolor, pero a la familia estos actos les sirven para que su memoria no se olvide. «Él llevaba la profesión dentro », señala la madre de José Miguel.

«Desde que era niña mi ilusión y mi sueño era estar aquí, ayudar a la gente»

En la celebración del 175 aniversario se concedió la cruz de la orden del mérito a varios guardias civiles por diferentes actos de servicio. José Efrén Varón, Manuel Outeiriño, Antonio Vázquez, Luis Ángel Veloso, José Eladio Prada y Lucía Yáñez lo recibieron por la operación Cleaner, que finalizó con la detención de cinco personas integrantes de un grupo criminal que cometieron 22 delitos con fuerza en casas habitadas, entre otros. Lucía Yáñez fue la única mujer reconocida ayer por la Guardia Civil. «Mi padre falleció el pasado mes de enero y es la primera vez que no está con nosotros y se la dedico a él», señaló muy emocionada. Lleva 14 años en el cuerpo y tiene 33. «Desde que era pequeña mi ilusión y mi sueño era estar aquí, ayudar a la gente», subrayó. Afirmó que lo que más le gusta es estar en contacto con la gente, con la de los pueblos que están más desprotegidos. «Entrar en la Guardia Civil es principalmente vocación. Querer ayudar a la gente y tener valor de sacrificio. No es fácil, pero una vez entras vale la pena», explicó

También recibieron la cruz de la orden del mérito los guardias civiles que actuaron en los incendios que tuvieron lugar los días 15 y 16 de octubre del 2017, durante los que hubo que lamentar la muerte de un vecino de Abelenda das Penas, en Carballeda de Avia. Su trabajo intentando poner a salvo a los vecinos, realizando cortes de carretera y ayudando en la extinción del fuego evitó que esas jornadas fueran todavía más trágica. Los agentes jubilados y en reserva también fueron reconocidos por su compañeros.