Yaquí estamos otra vez a las puertas de la ACB. Es lo que tiene tener a un entrenador de Bilbao. Gonzalo García de Vitoria está empeñado en volver a dejar a nuestros políticos y a los responsables de la entidad de nuevo con el culo al aire. El equipo, después de pasar por encima de Oviedo, está a dos partidos de regresar a la ACB en las pistas. Al igual que en el verano del 2015, en aquella inolvidable serie contra Breogán. Curioso que cuatro años después, de nuevo con unas elecciones a la vuelta de la esquina, el COB esté a dos partidos de meterle un triple a los políticos. No tengan ninguna duda de que si Gonzalo y sus chicos logran, de nuevo, alcanzar la cumbre y pegar el pelotazo en la final a cuatro de Bilbao, la nueva corporación, sea cual sea el resultado electoral, volverá a zozobrar como en aquel verano del 2015 cuando entre Concello, Diputación y directiva del equipo dejaron escapar una oportunidad histórica para que Ourense volviera a estar en el mapa deportivo. He escrito aquí más de una vez que no creo en el deporte hipersubvencionado, pero tampoco es cuestión de pegarnos tiros en los pies y lo que sucedió en el 2015 y en el 2016 con el no ascenso del COB, desde luego, fue lo más parecido a eso que podemos echarnos a la cara. Ojalá que tengan suerte, tal y como lo soñaron, los jugadores, aficionados y cuerpo técnico del COB en los partidos finales de Bilbao, pero uno no puede evitar pensar que las instituciones, directivos (y también, por qué no decirlo, las empresas importantes de la provincia) quizás no vuelvan estar a la altura.