«En China se extrañaban del color de mi piel y hasta firmé autógrafos»

OURENSE

MIGUEL VILLAR

El senegalés afincado en Ourense, Ngagne Faye, roza la decena de títulos nacionales en varias artes marciales

10 abr 2019 . Actualizado a las 08:40 h.

Ngagne Faye (Senegal, 1986) entró en el gimnasio Artai un día cualquiera del 2006. Ya medía 1,87 metros, pero apenas rebasaba los 60 kilos.

«Yo solo quería hacer pesas y ponerme un poco fuerte, hasta que una vez vi unos guantes y me invitaron a probarlos. Terminé apuntándome a clases y me gustó el primer día, el segundo, hasta ahora, que me enganchó la competición», relata el larguirucho subcampeón de Europa de Lucha Tradicional China (Shuaijiao), un ambicioso deportista que -tras su nacionalización- se hizo con una plaza más que merecida en la selección española.

Su entrenador y maestro Aarón Blanco incide en que se trata de una de las historias más entrañables que vivió en su gimnasio: «Es una persona súper noble y súper buena. Agresivo en la competición, siempre va hacia adelante y es muy disciplinado. Bueno, ahora, porque cuando empezó lo era menos. Con el tiempo nos reímos recordando como era y como ha evolucionado. Además de todos sus títulos, es cinturón negro de Kung fu y de Sambo (lucha rusa). Es árbitro y también nos ayuda a veces como monitor».

Ngagne comenzó a recopilar campeonatos gallegos en Sanda, modalidad de combate del Kung fu Moderno, llegando hasta los siete. También atesora cinco entorchados nacionales en esa especialidad, además de los que suma en Qingda (modalidad de contacto ligero) y Shuaijiao, a la que le ha dedicado más tiempo en los últimos años. En total ya son nueve títulos en el panorama español: «Estaba ganando bien en este país, así que me empeñé en ir a un mundial y nos tocó ir a China, que es la cuna de esta especialidad. Allí vi que había otro nivel y fue una gran experiencia para mí. Aunque estuve buscando empresas que me ayudaran, como patrocinadores, no conseguimos ninguna, pero fui igual».

La aventura enriqueció a Faye a todos los niveles y, aunque es un ourensano más, su ascendencia africana lo convierte en una rara avis en el mundillo de las artes marciales: «En China se extrañaban del color de mi piel y hasta firmé autógrafos durante el mundial, pero también en Italia, en suelo europeo, fui el único negro que participó. Cuando vi que había otras técnicas y otros trucos, me motivé para seguir mejorando y pensé que también tenía que llegar a algún podio internacional».

Y no tardó mucho este ourensano de adopción que cuajó hace escasas fechas un impresionante certamen continental, en el que se cruzó con el anfitrión italiano en la finalísima: «Tuve que conformarme con la plata, pero estoy muy orgulloso, porque contra ese mismo rival perdí 9-1 y esta vez el combate terminó 3-2 y fue muy igualado. Hay que seguir mejorando para llegar a lo más alto».

El actual Ngagne mantiene su aspecto desgarbado, pero ha ganado musculación, moviéndose con soltura en la categoría de menos de 70 kilos. En su multidisciplinar trayectoria deportiva, también ha tenido tiempo para probar con el Kick Boxing y, sin ir más lejos, viene de conquistar un subcampeonato gallego, casi sin entrenamientos específicos, puesto que acababa de regresar del europeo. De todos modos, el deportista del Artai también tiene otros frentes abiertos: «Ahora mismo estoy sin trabajo y tengo que buscar algo. Mi último curro fue en la construcción, en pulidos, pero tengo que buscar algo».

Mientras tanto, Faye pone el punto de mira en el inminente Campeonato Gallego de Kung Fu Moderno y después vendrá el de España de Wushu: «Me gustaría conseguir otro oro nacional y seguir mejorando en todas las especialidades, porque la verdad es que me gustan todas, no es que tenga una favorita. En general me gusta hacer deporte y centrarme en los entrenamientos y en una vida sana».