Reclusos de Pereiro participaron en un estudio internacional para diagnosticar la psicopatía
OURENSE
La cárcel de Ourense fue el lugar de España escogido para validar la investigación
03 abr 2019 . Actualizado a las 08:05 h.Dos centenares de presos internos de Pereiro de Aguiar -en concreto fueron 204- participaron en un estudio de investigación que corroboró una tesis novedosa -implementada ya en Canadá, Reino Unido y Estados Unidos- para determinar si un recluso sufre psicopatía, o no, y su posible reincidencia una vez terminada la condena.
El cine y las series -True Detective o Mindhunter, entre las más recientes- hacen que las palabras «psicópata» o «Psicopatía» salgan a relucir a la superficie. Se trata de un trastorno del que todo el mundo ha escuchado hablar y que se caracteriza, entre otras cosas, por la ausencia de culpabilidad que presenta el agresor. Pero su diagnóstico, según afirma el especialista Gerardo Flórez, es ampliamente desconocido para los que no pertenecen al mundo de los profesionales sanitarios. «No hay ninguna prueba de laboratorio o de imagen que sirva para su diagnóstico. Solo se puede llevar a cabo buscando y encontrando un cómputo de síntomas con un profesional entrenado para ello. El problema reside en que es complicado determinar si alguien es un psicópata o no. En grupo resulta mucho más sencillo que si se hace individualmente», señala el psiquiatra en el centro penitenciario provincial.
Médicos del servicio de la cárcel ourensana, Ventura Ferrer, Luis García, María Crespo, Manuel Pérez; un facultativo forense de Escocia y una especialista de Psiquiatría de la universidad de Oviedo, Pilar Saiz; encabezaron la investigación que se desarrolló durante dos años entre los muros de la prisión. Se publicó en el 2018 y los presos que participaron respondiendo a las entrevistas lo hicieron de forma voluntaria, aunque con algunas restricciones: solo pudieron incluirse en el estudio aquellos que contaban con una sentencia firme, llevaban más de seis meses en el centro penitenciario, que además entendían el gallego o el castellano y que no tenían ninguna patología psiquiátrica o neurológica que entorpeciese o alterase el resultado. «Lo que tratamos de comprobar es si existe una alternativa a la forma habitual de hacer el diagnóstico de la psicopatía», destaca.
Según explica Flórez, cualquier persona puede presentar en algún momento de su vida una conducta violenta. Sin embargo, la que se lleva a cabo premeditadamente se da de un modo mucho más reducido. «Todos los trastornos mentales implican un mayor riesgo, con respecto a la población que se clasifica como normal, de practicar una violencia reactiva. La violencia reactiva es la que no se planifica, la que tiene que ver con el estrés, la ansiedad, el miedo o la ira. La violencia instrumental o planificada es aquella que se ejecuta a través de un plan que se ha pensado, independientemente de si sale bien o mal para el autor. Y el único trastorno mental que se relaciona con este tipo de violencia es la psicopatía. El resto solo se relacionan con la violencia reactiva», profundiza el primer firmante del trabajo llevado a cabo.
Diagnosticar mejor
La idea original de aplicar este tipo de entrevista para el diagnóstico de la psicopatía fue del psicólogo forense escocés David J. Cooke. El investigador propuso a los trabajadores médicos de Pereiro de Aguiar participar en el estudio para comprobar que la encuesta también funcionaba en poblaciones que no fueran anglosajonas -tanto por el idioma como por el origen y la genética-. La validación del método a nivel estatal tan solo se ha hecho en Ourense y el trabajo acaba de recibir un accésit del vigesimotercer premio de publicaciones científicas que otorga el Colegio de Médicos.
«La prueba que se utilizó durante mucho tiempo presenta un problema principal que es que emplea, para predecir el riesgo de cometer nuevos delitos, un diagnóstico de psicopatía si los ha cometido en el pasado. Es un error. No es necesario medir las conductas criminales previas para establecer un nivel de psicopatía», ahonda el profesional que trabaja con los presos de Pereiro de Aguiar. «Lo que mejor predice una conducta en el futuro es la presencia de esa conducta en el pasado. Y de este modo ya no estás midiendo quién tiene un trastorno psicopático, sino que a mayores están midiendo quién ha tenido conductas delictivas o no», remata Flórez, que trabaja desde hace años en la Unidad de Conductas Adictivas.