En el 42 % de los hogares ourensanos solo entran ingresos de prestaciones

Cándida Andaluz Corujo
c. andaluz OURENSE / LA VOZ

OURENSE

Álvaro Vaquero

La tasa de pobreza en la provincia es del 17,19 %, dos puntos menos que en el 2016

31 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

La tasa de riesgo de pobreza se sitúa en la provincia de Ourense, según los últimos datos del IGE, en el 17,19 % de los hogares, siendo la de toda la comunidad gallega del 15,87 %. De la encuesta se extrae que la zona de O Carballiño-Ribeiro es la que más sufre, con un 22,07 %, seguida del sur (20,02 %). En el caso opuesto está el centro, donde la tasa de pobreza es del 9,04 %. Detrás de estas cifras se encuentran muchos hogares en los que los ingresos por prestaciones suponen el cien por cien del total de dinero que entra en casa. Son el 42 % de las familias ourensanas. Si no existieran estas transferencias, la tasa de pobreza se situaría en la provincia en el 44,2 %, la mayor de Galicia.

A pesar de estas cifras, la situación desde la crisis ha ido mejorando y la tasa de riesgo por pobreza en la provincia de Ourense ha disminuido desde el 2016 en 2,16 puntos. Varios factores han influido, entre ellos las campañas de organizaciones como Cruz Roja o Cáritas que sufragan muchos gastos de personas en riesgo de exclusión. También se nota, en el último año, el bono social eléctrico, que ha supuesto un desahogo para muchos hogares.

Por edades, el riesgo de pobreza afecta en mayor medida a los ourensanos de entre 16 y 24 años, seguidos de los que tienen entre 50 y 64 años. Los primeros, por empleos precarios, y los segundos, por la dificultad de encontrar trabajo a partir de cierta edad.

El tipo de pobreza ha cambiado en los últimos años y en la actualidad no está directamente relacionada con la falta de empleo. Según indican desde Cáritas, muchos de los que solicitan ayudas tienen trabajo, pero los sueldos no les llegan para sustentar a las familias o son de carácter temporal. La pobreza, indican, se ha cronificado, y para los que viven situaciones de desamparo económico es cada vez más difícil salir.

Hay otra realidad social, la presencia de venezolanos que huyen de su país. Las entidades sociales ourensanas han detectado un aumento de personas con esta nacionalidad que llegan a ellas en busca de ayuda. En algunos casos la falta de papeles les impide trabajar, a unos por no tener homologadas sus carreras y a otros por carecer de permiso de residencia.

El denominado ratio s80/s20 es el cociente entre los ingresos totales del 20 % de las personas con rentas más elevadas y los ingresos totales del mismo porcentaje de la población con menos. Es la medida de la desigualdad y en Ourense, según el IGE, representa que los que más cobran lo hacen cuatro veces más que los que menos. Otro dato que muestra la desigualdad es el coeficiente o índice Gini (IG). Puede variar entre cero y uno. Cuanto más cercano está al primero significa que existe una distribución más igualitaria de las rentas, mientras que un IG cercano a uno implica una elevada concentración en los rentas superiores de la población y, por tanto, mayor desigualdad. En Ourense esta cifra es de 0,268.

La pobreza afecta más a los ourensanos entre 16 y 24 años y a los de entre 50 y 64

Los que más cobran lo hacen 4 veces más que aquellos que tienen menos ingresos

Ruptura entre el crecimiento económico y el desarrollo social

El último informe de Cáritas sobre pobreza señala que en Ourense no solo hay personas vulnerables, sino que regresar a los espacios de la normalidad y de la inclusión social se hace cada vez más dificultoso. El crecimiento económico no parece reflejarse en una disminución de las necesidades de las familias en Ourense que no tienen recursos para afrontar el pago del alquiler o de los suministros de la vivienda, para comprar ropa o, incluso, para alimentarse, afirman. Y señalan que a lo largo de los últimos años han tratado casos con vidas laborales marcadas por la temporalidad. Personas que, aunque sean jóvenes, tienen una trayectoria laboral extensa, pero que en los últimos tiempos siguen sin poder sostenerse sin ayudas. «No hay más personas pobres, o nuevos pobres. Hay un proceso social de cambio que está generando situaciones de empobrecimiento, de precariedad y de normalización», señalan en el último informe publicado con los datos de la desigualdad.