Catorce mil conductores ourensanos tienen más de 80 años

Cándida Andaluz Corujo
cándida andaluz OURENSE / LA VOZ

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Cándida Andaluz

Ourense es la provincia gallega donde el porcentaje de mayores de 65 años con licencias es mayor

23 mar 2019 . Actualizado a las 09:57 h.

El 25 % del total de permisos de conducir emitidos por la Dirección General de Tráfico en Ourense corresponde ya a conductores mayores de 65 años. Un porcentaje que va aumentando año tras año y que está directamente relacionado con el envejecimiento poblacional. Así, la tasa de conductores con mayor edad de Galicia corresponde a esta provincia. Son 46.000, del total de las 188.000 personas con licencias. Una cifra, la de los conductores, que en los últimos años ha ido a la baja- en el 2017 eran 190.289 personas- por diversas razones como el descenso poblacional y la edad de la mayor parte de los conductores. También ha sido crucial la crisis económica, que ha hecho que se redujera el número de personas, sobre todo de jóvenes, que deciden sacarse el carné de conducir.

Otra cifra destacada de la provincia de Ourense es que de los 46.000 conductores de más de 65 años, 14.000 superan los 80. El jefe provincial de Trafico, David Llorente, señala que en ningún caso esta edad avanzada está relacionada con los accidentes, aunque sí se toman medidas para que las personas mayores que siguen al volante lo hagan en las mejores condiciones posibles, siendo la restricción principal que tengan que renovar el carné todos los años, tras pasar una examen médico. Sus condicionantes se especifican en el reverso de la licencia. Señala, además, que en muchas ocasiones los mayores ourensanos deciden seguir conduciendo porque es el único transporte que pueden utilizar, sobre todo aquellos que viven en las zonas más rurales. Circunstancia que hace que retrasen abandonar sus vehículos, al no contar con alternativas como pudiera ser un transporte público. Esta es la causa por la que una de las restricciones tiene que ver con el radio de acción en el que pueden desplazarse. Es decir, se marca una distancia máxima de pocos kilómetros desde sus domicilios para facilitarles, por ejemplo, poder acudir a un supermercado, un centro sanitario o a la farmacia. También se les restringe la velocidad máxima o conducir en franjas concretas del día: a partir de una hora después de que amanece hasta una hora antes de que sea de noche. Según explica Llorente, en muchos casos son las familias de los conductores los que les aconsejan que abandonen el volante por miedo a que pierdan sus capacidades físicas. Sin embargo, subraya, suelen ser más prudentes y no suponen un alto porcentaje del total de siniestros en carreteras.