«Recibimos tantas llamadas el lunes que vimos necesario abrir las termas»

María Doallo Freire
María Doallo OURENSE

OURENSE

Santi M. Amil

Las instalaciones de Outariz completan su aforo a lo largo de toda la tarde

19 mar 2019 . Actualizado a las 20:06 h.

Uno de los lugares que recibió más visitas durante este Día del Padre fueron las termas de Outariz. Aunque precisamente los martes cierran sus instalaciones al público para encargarse del mantenimiento de las mismas, debido a la solicitud de los turistas y de los propios ourensanos decidieron abrir de forma excepcional. «Recibimos tantas llamadas el lunes para preguntar por el horario del festivo que vimos necesario abrir aunque solo fuese en horario de tarde», explicaba este martes Christian Rodríguez, encargado del complejo de Outariz. «Aprovechamos para realizar el mantenimiento de las termas antes de las 15.00 horas y a partir de ahí ya abrimos al público», continúa.

Centenares de personas decidieron optar por una jornada disfrutando de los distintos circuitos termales que proponen desde el complejo. «Ahora mismo hay unas 150 personas en las termas y el flujo de clientes es constante desde que abrimos», afirmaba Rodríguez. La espera fue una de las protagonistas del día, hasta diez números en cola para poder entrar en la zona de pago, mientras que en las dos partes gratuitas que preceden al privado la gente abarrotaba cada hueco existente con toallas de colores. Un día de familia, amigos y niños, en el que además de relajarse, los ourensanos aprovecharon para hacer ejercicio y ponerse en forma por el paseo fluvial que pasa por el complejo, para terminar tomando algo en las instalaciones de Outariz. Turistas habituales de Vigo, A Coruña o Lugo, y vecinos de las localidades de A Barrela, Verín o Ribadavia optaron por una visita termal en el Día del Padre precisamente porque se trató de un día festivo en toda Galicia.

Otro caso es el de Tomás Fernández Crespo, uno de los clientes más asiduos desde que Outariz abrió sus puertas en el 2008. Él y su mujer vienen desde Avilés una media de tres veces al año. «Nos encontramos por sorpresa con que aquí no era día laborable, pero vinimos igual a pesar de que sabíamos que iba a estar llenísimo porque es muy relajante», explica el asturiano.