La hija predilecta de Velle pisó la hierba sintética

L. M. R.

OURENSE

Santi M. Amil

Vanessa Sotelo recibió el homenaje de sus vecinos en el Monte da Aira

16 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Lo dijo Pilar Varela, presidenta del Club Deportivo Velle y anfitriona del homenaje que ayer le brindó la entidad a Vanessa Sotelo. La reciente campeona de Europa de fútbol sala femenino, entre otros hitos que una joven de solo 23 años nunca se hubiera imaginado acumular, volvía al lugar donde le dio sus primeras patadas a un balón y, entonces, era un campo de tierra, muy distinto al que es hoy en día.

Lo recordó también la propia Vane, añadiendo: «Comencé a jugar aquí, en el descanso de los partidos, con mi hermano, aquel que está allí al fondo». Y dirigió así las miradas de los presentes a otro nueve, Rucho, que defiende la camiseta del vecino Melias. Porque la pívot del quinteto nacional de fútbol sala ya es célebre en toda la ciudad, por mucho que su padre, Paco, se sonría al verla ruborizada, firmando autógrafos o haciéndose selfis con aficionados de todas las edades.

Fue su progenitor, directivo del club en la actualidad, el que le entregó el primer obsequio, al que se sumaron los de la Escuela de Fútbol Femenino Rosalía -instalada también en Velle- o el colectivo AFOUR, que engloba a varios clubes de la provincia. Tampoco faltaron el alcalde Jesús Vázquez, o Vázquez Barquero, uno de los portavoces de la oposición municipal. Sotelo Quintela pudo disfrutar, en suma, de una pequeña parte de la admiración que le profesan en su ciudad: «Es especial cualquier recibimiento, pero este en casa, más todavía. Es un día que no voy a olvidar». Desde Madrid le tocará seguir echando un ojo al Velle y, por supuesto, al Melias».