José Ramón Guzmán: «Me he formado por mi cuenta y llevo treinta años trabajando»

Cándida Andaluz Corujo
c. andaluz OURENSE / LA VOZ

OURENSE

Santi M. Amil

Empezó desde el escalafón más bajo de la empresa y hoy es el jefe de planificación, decide qué se hace

10 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

José Ramón Guzmán comenzó a trabajar en Mecanizados Rodríguez Fernández en 1988. Fue por un castigo, dice. No quería seguir estudiando y sus padres le obligaron a trabajar. Desde entonces sigue en la misma empresa. Comenzó desde abajo, desde el puesto más básico, y hoy tiene un cargo dentro de la empresa. La razón: ha ido formándose con los años, adaptándose a las necesidades de la firma. «Comencé haciendo bolsitas, donde se guardaban los componentes de los herrajes. Cuando llegué tenía solo EGB y era lo más fácil. Me fui formando a base de pasar por todos los puestos y aprender», explica. Tras hacer kits de componentes, pasó a las prensas, al almacén, montó bisagras y cierres. Y todos los viernes estaba en una máquina de lavado acero inoxidable...». Empezó a llevar temas de oficina, sacando órdenes de fabricación, mientras ayudaba a empaquetar. «Con el tiempo hubo más necesidades. Y poco a poco el jefe de producción me fue cediendo trabajo y enseñando. Todo lo aprendí así». Hoy es el responsable de planificación de la empresa, decide lo que hay que fabricar. «Cuando hecho la vista atrás estoy contento. Al haber pasado por todos los puestos los conozco perfectamente y me hace gracia cuando alguien me trata de engañar...», señala.

Explica que muchos de los que ahora llegan a la empresa lo hacen desde FP, aunque hay un déficit importante de personas que sepan de mecánica. «Viene con estudios, pero aquí aprenden, por ejemplo, a soldar. Al final hay que adaptarse. Lo que más me choca es que durante todos estos años han venido muchos ingenieros a la empresa que llegan aquí y no saben cómo trabajar. Al final aprenden con el tiempo», explica.

José Ramón Guzmán señala que hay muchos puestos que se aprenden en la empresa y señala que los soldadores son los más demandados. «Al final, lo que les digo a los soldadores que vienen es que van a hacer algo diferente, aquí puntean. Por eso es aquí donde siguen aprendiendo la profesión». Todo lo aprendido durante estos años lo convierte no solo en eje fundamental de la empresa sino en un trabajador codiciado: «Muchos de los que llegan de otros lugares me dicen que sé demasiado». No queda otra, ya que en algunas profesiones no hay formación, por ejemplo en el caso de hacer troqueles. Lo único que echa de menos es no poder cambiar su experiencia por un título, ya que es un hándicap para buscar otro empleo.