El magistrado Leonardo Álvarez pide un compromiso serio de las administraciones para desatascar el juzgado de Familia
03 mar 2019 . Actualizado a las 10:45 h.A Leonardo Álvarez Pérez (Caracas, 1970), le toca seguir como decano de los jueces de Ourense durante otros cuatro años. Compagina esa labor, que algún que otro dolor de cabeza le genera, con la de titular del Juzgado de Instrucción 1 de Ourense.
-La votación para decano estuvo muy reñida. Al final ganó usted por antigüedad en el escalafón. ¿Interpreta esto como una llamada de atención de sus compañeros?
-Había dos candidaturas y por lo visto ambas válidas, lo que dividió a los compañeros. Yo, por mi parte, intentaré hacerlo mejor para que la próxima vez, si la hay, obtenga una mayoría más clara.
-¿Cuáles son las prioridades?
-Hay que pensar que las funciones del decano son muy limitadas, pero dentro de esa limitación mi principal objetivo es pelear por mis compañeros, por las necesidades que tengan, y conseguir que el funcionamiento del edificio sea el más óptimo posible.
-El juzgado de Familia es el más colapsado. Hace unas semanas ha cesado más de la mitad de la plantilla porque los funcionarios dicen que no pueden más...
-A día de hoy esta sede presenta un atasco importante y el objetivo inmediato es poner fin a esa situación. Ahora bien, hay que diferenciar entre rescatar al juzgado para que se ponga al día y adoptar las medidas para que eso no vuelva a ocurrir. Yo pedí tanto al TSXG como a la Xunta una solución, y la sala de gobierno tocó este tema el pasado 15 de febrero, dando el visto bueno a la creación del juzgado bis. Pero hay un problema. Hay que conseguir un juez y un secretario, y la plaza de juez la quieren sacar en comisión de servicios sin relevación de funciones, lo que supone que un togado puede pedirla, pero sin abandonar su juzgado.
-¿Y eso va a funcionar?
-Corremos el riesgo de que ningún compañero quiera asumir ese plus de funciones o que no le dedique el tiempo necesario. Y lo que es peor, parece que tampoco está autorizado el letrado, con lo cual nos quedamos a medio camino. Mi idea, por tanto, es insistir para que se cree el juzgado bis en los términos en los que yo lo pedí, con juez, secretario y tres funcionarios. Luego, a largo plazo, tal vez habría que pelear por otro juzgado de Familia, porque en Vigo y A Coruña con números semejantes a los nuestros los crearon. Si lo que buscamos es dar un mejor servicio al ciudadano, vale la pena.
-¿Se ha superado ya el atasco que provocó la huelga?
-La huelga afectó de distinta forma a unos y otros juzgados. Lo que sí ha faltado es coordinación, porque la Xunta estableció un plan de recuperación con los funcionarios que no se aplicó ni a jueces ni a letrados. Así que el atasco que estaba en las mesas ahora ha pasado a los despachos, con lo que estamos en lo mismo. A los jueces nos preguntaron si queríamos apuntarnos al plan de recuperación, pero nunca supimos en qué consistía.
-¿Interesa poco a los políticos que haya una justicia ágil?
-La justicia no da votos y es una de las hermanas pobres de la Administración. En todo caso, creo que la Xunta no es de las que menos ha invertido en este ámbito. Lo que se va pidiendo, lo van dando. En Ourense conseguimos la primera sala gessel de Galicia para la exploración de menores.
-En la capital se está dando un problema de falta de agentes, de Policía Local y Nacional. ¿Puede derivar esto en un problema de seguridad ciudadana?
-Sin duda. Tenemos ahí un problema muy serio. Se invierte poco en seguridad y eso es muy grave. Hay que dedicar inversiones a recursos personales y materiales. La Policía tendría que ir por delante del delincuente, no por detrás, con mejores coches, más medios. Nuestra plantilla de seguridad, en este edificio, está bajo mínimos. No nos mandan más agentes porque no somos una prioridad, pero corremos el riesgo de que un día pase algo, y entonces ya no habrá remedio. Hace falta más seguridad, en este juzgado, y también en la ciudad.
-Hace unos días el presidente del TSXG daba un toque de atención sobre las largas instrucciones, como la de la operación Pokémon. ¿En Ourense puede pasar algo así con algunos asuntos?
-Las instrucciones cuanto más cortas mejor, para todos. Ahora bien, cada una de ellas es un mundo y algunas tienen complejidad, porque se piden periciales que tardan o porque hay muchos recursos. Todo depende de cada caso.
«Si antes teníamos una denuncia de agresión sexual por guardia, ahora nos llegan tres»
Aunque la capital ourensana tiene un edificio judicial que se inauguró en el 2015, han sido muchas las quejas por la ausencia de ventanas. Parece que ese problema podría resolverse pronto.
-¿Hay compromiso de la Xunta para subsanar ese problema?
-Yo confío en que antes del verano haya un proyecto. Esto es una obra pública y habrá que sacarla a concurso y licitar, pero espero que pronto se ponga en marcha la maquinaria.
-La administración reconoce sus errores, después de gastar 17 millones...
-En Pontevedra se va hacer un edificio igual, pero con ventanas. Nosotros fuimos el conejillo de indias. Hay que asumir cada uno nuestra parte de culpa, porque mientras se estaba construyendo nadie dijo nada.
-En el día a día de los juzgados, ¿hay algún delito que se vea más?
-Va por rachas, pero lo que sí estamos viendo es que suben mucho los delitos patrimoniales, hurtos, robos y sobre todo estafas por Internet. Eso está a la orden del día y son temas en los que igual haría falta más formación, tanto para las fuerzas de seguridad como para nosotros.
-¿Algún otro tema que preocupe?
-A raíz de la sentencia de La Manada han subido mucho las denuncias por agresiones sexuales. Si antes llegaba una denuncia por guardia, ahora llegan tres. Puede ser porque ahora sucede más, o porque se ha perdido la vergüenza a denunciar.
-En violencia de género, ¿se puede hacer más?
-Aquí nos llega el delito ya cometido, a nosotros y a las fuerzas de seguridad, pero yo creo que lo que habría es que trabajar más en prevención. En mi opinión es fundamental trabajar más en la educación. Hay que concienciar a los niños desde pequeños y continuar en los colegios e institutos. Me parece esencial.