Los ourensanos ya miran de cerca a las eliminatorias de ascenso, tras imponerse con claridad: 78-62
02 mar 2019 . Actualizado a las 22:13 h.El COB se anotó un triunfo de gran relevancia ante Huesca y deleitó a su público en pleno entroido: 78-62
Era un partido más importante de lo que podría pensarse al inicio, aunque hubiese margen de error, y el equipo volvió a salir a la cancha con la misma indolencia defensiva de la que se quejó su técnico en el choque ante Castellón, con la suerte de Huesca no fue capaz de aprovecharla para dejar casi sentenciado el choque. Solo alcanzó nueve puntos de renta máxima con un COB moribundo en ataque, sin referencias salvo Rozitis, Sergio Rodríguez y Ott y con un hándicap además del defensivo, como fue la falta del control del rebote tanto ofensivo como defensivo. Todo lo que había pedido Gonzalo García antes del partido como claves para la victoria era incapaz de llevarlo a cabo el equipo.
Pero en el segundo cuarto comenzó la reacción desde la defensa, con Ott, Sergio Rodríguez y Watson como revulsivos, comenzando además éste último su particular recital de mates que también despertó al público. Apareció Zamora a cuenta gotas, y algún destello de Pepo Vidal, mientras Huesca naufragó con unos pésimos porcentajes en ataque y en defensa repitió la indolencia defensiva mostrada por los cobistas en el primer acto. El parcial del cuarto lo indicaba todo (21-7) y el COB ponía la directa hacia un triunfo clave que en puso en valor con dos buenos cuartos finales.
Muratovic y Sergio Rodríguez cogieron el timón en ataque, Watson sumaba espectáculo e intensidad para una grada entusiasmada con el pívot, Rozitisi y Zamora sumaron en sus fugaces apariciones en pista y la ventaja cobista fue subiendo al mismo tiempo que pasaban los minutos hasta alcanzar una máxima de 23 puntos (74-51) a falta de 5.30 para el final del partido. El COB había conseguido el doble propósito de la victoria y de hacerlo por más de cinco puntos, el público se deleitaba con el espectáculo de Watson y las únicas notas negativas eran sendos esguinces de Van Wijk y Muratovic.