«El perfil del opositor ha cambiado en los últimos años en Ourense»

e. filgueira OURENSE / LA VOZ

OURENSE

MIGUEL VILLAR

Doris Seoane y Marta Mera, docentes, repasan el cambio estudiantil y laboral en los últimos veinte años

25 ene 2019 . Actualizado a las 13:27 h.

Llevan trabajando juntas desde el 2002 en la academia Auria y Seoane, aunque su experiencia en el mundo de la docencia comenzó en los ochenta y los noventa. Tantos años codo con codo hacen que una termine las frases de la otra, y viceversa. «A mí me gusta más la parte de las oposiciones y a ella la de la enseñanza general», explica Doris Seoane sobre su trabajo y el de su compañera -que se dedica a las clases de refuerzo desde Educación Primaria hasta las asignaturas universitarias-.

Ofrecen preparación de oposiciones para la administración autonómica y del Estado, para el Sergas y para instituciones penitenciarias y justicia (de estas dos se sienten especialmente orgullosas por los resultados que suelen obtener sus alumnos), entre otras. «Hubo muchos años de parón, que no se convocaban plazas y ahora parece que vuelve a resurgir un poco por las jubilaciones y la reposición de personal. Porque además la carga de trabajo está siendo alarmante en algunas áreas», cuenta Doris. Y puntualiza su compañera Marta Mera: «Es cierto que ahora hay más, pero yo creo que nunca será lo mismo que en los noventa».

De las plazas que se oferten y convoquen no todas serán para nuevos accesos. Algunas serán de estabilización de personal que lleva años trabajando sin puesto fijo. «Las administraciones públicas tienen un nivel de contratación tan elevado que poco a poco tienen que ir estabilizándose con plazas fijas», incide Doris.

En cuanto a las oposiciones que más se demandan, refieren que son las que se enmarcan en el ámbito territorial de Galicia. «La gente no quiere marcharse y si puede conseguir un puesto cerca, evitan irse a Madrid o Barcelona. El perfil ha cambiado porque hace años no había tanta oferta universitaria como hoy en día y la gente se ponía a preparar las oposiciones al terminar el instituto. Ahora en ese saco están los que trabajan y se quedaron en el paro. Lo que pasa es que tener una familia, o personas que dependan de ti, cambia las prioridades», resumen complementándose la una a la otra. El envejecimiento poblacional las lleva a aventurar que puede que en unos años lo que más se necesite sea personal sociosanitario.

Por sus aulas también pasan alumnos que aprovechan la formación para desempleados del INEM, homologados por la Consellería de Traballo. «Y otra parte muy reconfortante de nuestra labor son los cursos en colaboración con la Universidad Popular y aquellos con inmigrantes que quieren adquirir competencias básicas o cuyas homologaciones de titulaciones tardan tanto en llegar que necesitan empezar de cero», cuenta Mera.

La informática es otra de las ramas que tienen cabida en esta academia. Para niños y para adultos, aunque la demanda es mayor entre personas no nativas digitales. «Hay gente que viene porque necesita manejarse con un programa en concreto, pero hay otra más mayor que lo que quiere es poder desenvolverse con soltura con el correo electrónico, web de reservas de viajes, aprender a comprar, a pedir las citas en el centro de salud o a consultar facturas por Internet. En definitiva, quieren ser más independientes y eso nunca está de más, se tenga la edad que se tenga», sonríen.

Son muchos los alumnos que durante estos años has pasado por las aulas de la academia. Algunos incluso llevan ahora a sus hijos a Auria y Seoane. «Resulta un poco triste lo desmotivados que vienen algunos chavales. Traen poco afán de aprender y cuando crecen se arrepienten de no haber estudiado más», resume Mera cuando le preguntan por qué le gusta la docencia.