Cuando las últimas tecnologías multiplican la solidaridad

edith filgueira OURENSE / LA VOZ

OURENSE

Agostiño Iglesias

En el FabLab de La Molinera se imprimen estos días juguetes para niños de familias con escasos recursos

28 dic 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Las nuevas tecnologías no solo sirven para tener un pie en el futuro constantemente. También pueden recuperar el pasado y multiplicar la solidaridad exponencialmente. Expira el mantra de los agoreros porque estos días, en el FabLab de La Molinera, quince impresoras 3D están creando cientos de juguetes para niños ourensanos. Una forma de darle un cariz más social a un espacio que nació para el impulso.

«A finales del año 2017 empezamos a sentir la necesidad de emplear las diez impresoras que habíamos montado en diversos talleres. Y se nos ocurrió ponerlas a funcionar para crear juguetes para aquellos niños que iban a pasar sus fiestas ingresados en los hospitales de la provincia por diferentes motivos», cuenta Eloy Froufe sobre cómo surgió la iniciativa Fabricando Sorrisos que este año ha unido sus fuerzas a la entidad social Cruz Roja. Serán, por lo tanto, aquellos niños de familias con pocos recursos económicos los que disfruten del resultado final.

«Oficialmente las máquinas pararán de funcionar hoy, pero seguiremos trabajando hasta el día 4 de enero para ver si podemos superar los 150 juguetes que hicimos el año pasado. Y además, los diseños que estamos elaborando se pueden encontrar por Internet, así que animamos a todos los que tengan una impresora 3D en su casa a que se animen a colaborar y nos traigan aquí, o a Cruz Roja, sus aportaciones», añade Froufe que lleva once días al pie de las máquinas.

Los juguetes están hechos con un plástico derivado de un cereal, en lugar de petroleo, que es biodegradable que es menos contaminante para el medio ambiente. «También estamos fabricando este año puzles, para niños un poco más mayores, con planchas de madera que entregaremos con instrucciones para que puedan montar. Aunque para esos empleamos la cortadora láser en lugar de la impresora. De este modo usamos todas las herramientas que tenemos para producir juguetes», explica el experto en nuevas tecnologías.

Agostiño Iglesias

Camiones, dinosaurios y diferentes animales articulados, coronas y varitas mágicas, peonzas y hasta muñecos de personajes de Star Wars o Pokémon son algunos de los modelos que estos días se están creando en el interior del taller de fabricación digital ourensano. «Uno de los objetivos también es elaborar juguetes que sirvan para niños y niñas y desterrar aquello de los colores y roles determinados que por suerte están cambiando», argumenta Andrea Piñeiro del FabLab Vigo que se desplazó con su compañero Marco Durán hasta la ciudad para contribuir a la causa durante dos días.

«En Vigo esto no se ha hecho todavía porque la verdad es que necesita su tiempo de planificación, pero creemos que estaría bien que el año que viene pudiéramos poner en marcha una iniciativa similar. Nosotros queríamos hacer algo así el año pasado pero nos faltó tiempo y medios económicos porque en nuestro FabLab somos una cooperativa sin ánimo de lucro y para desarrollar las actividades nos tenemos que acercar más a las empresas privadas. Recibimos pocas subvenciones y no tenemos esta conexión directa con el Concello que aquí sí hay», afirma Durán.

Durante el día de hoy -en horario de mañana- los que quieran acercarse hasta allí con sus impresoras para contribuir a fabricar sonrisas también podrán hacerlo.

En total, quince impresoras 3D imprimieron sin parar para que los juguetes estén listos y empaquetados cuando llegue la mágica noche de Reyes. Y para no romper el encanto, Cruz Roja será la encargada de distribuirlos entre los padres que se beneficiarán de la iniciativa. De este modo podrán colocarlos bajo el árbol de Navidad o junto a los zapatos -según marque la tradición en cada casa- en lugar de que la organización social los entregue directamente a los niños. «No hacemos ningún acto porque no queremos que los niños sepan que se los damos nosotros o una casa que colabora con nosotros», explicaba el presidente de la entidad, Felipe Ferreiro, al principio de la campaña.

Ahora ya solo falta acordarse de colocar una olla con agua para los camellos, que llegarán exhaustos de tantos kilómetros recorridos en una sola noche.