El afilador que puso cara a cara a Yosi y a Pablo Rodríguez

OURENSE

CEDIDA

Un relato escrito por Luis Román propició el encuentro entre el joven deportista y el cantante ourensano

12 dic 2018 . Actualizado a las 13:19 h.

«Noche, niebla, hora secreta, tiempo del afilador». Los roqueros de pro identifican con facilidad la frase con la voz rasgada de Yosi, la cara visible de Los Suaves, quien llegó con su inspiración a un mundo tan selectivo como el del ciclismo de élite.

Y es que El Afilador, el conocido tema de la banda ourensana más emblemática, ha sonado una y otra vez en los auriculares de Pablo Rodríguez, el biker internacional que salió de la nave nodriza de la Escola José Antonio Hermida, hasta coronarse como Campeón de Europa de BTT y asiduo en la Copa del Mundo de XCO.

El noble oficio del empleo de la rueda de afilar, ancestral en nuestra provincia, sirvió como título para una revista que recoge artículos y crónicas ciclistas de gran fondo, tal como reza su declaración de intenciones. Y en uno de esos relatos, un periodista con la experiencia de Luis Román-Mendoza, hasta hace poco responsable de prensa de la federación española, tituló así su historia basada en la escuela macedana y en el propio Rodríguez Guede, conocido en el circuito internacional como el Afiador.

Román-Mendoza conoce bien los entresijos del crecimiento del modesto club de Maceda y de su estructura de formación. De como Xulio Conde contó con el propio Hermida como padrino de excepción y la forma en la que Pablo se convirtió en el mejor ejemplo de que, entrenándose desde pequeño en su pueblo, podía llegar al profesionalismo y a las puertas de una convocatoria olímpica, que ya rozó en Río de Janeiro y que se convirtió en meta a cruzar en Tokio 2020.

Y del libro al encuentro entre el mítico roquero y el deportista. El propio autor del relato y el citado Conde acompañaron a Pablo Rodríguez para visitar a Yosi y agasajarlo con uno de los ejemplares del libro. Ídolo y seguidor incondicional repasaron los detalles de una historia de evocaciones. De tantas y tantas horas en las que el inolvidable solo de guitarra de Alberto Cereijo retumbaba en la cabeza de un biker, que pedaleaba hacia su sueño. Y por supuesto, de otras muchas escenas que bien se pueden imaginar los que han compartido la amena conversación con el vocalista de Los Suaves, ya con las suelas gastadas de pisar cientos de escenarios.

Será que el ciclismo se acerca más a la música rock que la mayoría de los deportes. En ambos casos hay que darlo todo.