El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el primer ministro de Portugal, António Costa, se reunieron esta semana y, más allá de los chascarrillos y graves fallos de comunicación en torno a la famosa propuesta de un Mundial compartido, la cita sirvió para fijar como uno de los principales retos comunes el de la crisis demográfica. Y eso nos interesa mucho aquí. Se habló incluso de «repoblar» las zonas fronterizas, una meta que debería ser escuchada como una buena noticia en provincias como la de Ourense. A menos que solo sea una mera declaración de intenciones, claro.
Supongo que aquí ya estamos demasiado acostumbrados a que nos vendan humo o a que los líderes locales se preocupen más por el glamur del selfi internacional que por el barro de la realidad local. Pero si las buenas intenciones de Sánchez y Costa se traducen en una prioridad de gestión, y sobre todo en financiación, Ourense debe tener un papel fundamental en esas nuevas políticas. Para ello parece indispensable tener preparada una estrategia clara que haga a la provincia atractiva para recibir esos fondos.
El PSOE propondrá algo parecido en el próximo pleno de la Diputación ourensana y ello no hace de los socialistas unos visionarios. Para nada. Ourense debería llevar en esa lucha desde hace años. Pero es que esa estrategia debe implicar a todos los actores necesarios y no solo a los palmeros de siempre. Quizás por ello no ha interesado ponerse manos a la obra. Quienes han sido parte fundamental del problema, difícilmente pueden serlo de su solución.