El Ourense salió de su encierro en protesta por los impagos para vencer al Arousa

La Voz

OURENSE

MIGUEL VILLAR

En 1993 la jornada deportiva se convertía en un acto reivindicativo para los futbolistas

22 nov 2018 . Actualizado a las 20:57 h.

Una tarde gélida en el estadio de O Couto se convirtió en una jornada plena en reivindicaciones para el Club Deportivo Ourense, que navegaba por la Segunda B con el estigma de la crisis económica que asolaba a la entidad presidida por Ramiro Lamas. Y es que el derbi gallego ante el Arousa se disputó después de que los jugadores rojillos se encerraran en señal de protesta durante tres días.

Con una plantilla de inmensa mayoría ourensana y dirigida por el tándem que formaban Antonio Teixidó y Jesús Fuertes, este elenco de jóvenes jugadores se encontró con los reiterados incumplimientos del mandatario, que había prometido pagar en septiembre unas cantidades atrasadas, las cuales ya ascendían a más de ocho millones de pesetas.

Después de más de dos meses del fin del plazo establecido, los futbolistas entendieron que Lamas no podía seguir siendo su interlocutor y optaron por encerrarse en los vestuarios de O Couto, para iniciar una huelga que sensibilizara tanto a los responsables del club como a la sociedad ourensana, poniendo incluso en riesgo el partido que cuatro días más tarde debían afrontar en la competición liguera.

Quedó así de manifiesto la dependencia política de un Club Deportivo Ourense que no logró desbloquear esa situación hasta que compareció en su sede el presidente de la Diputación, José Luis Baltar. Los capitanes Nando y Quecho representaron a sus compañeros en un período en el que, además de una rueda de prensa para clarificar su situación ante la opinión pública, también pudieron reunirse con miembros de la directiva y con el propio Baltar Pumar. De hecho, confirmaron que ya no les bastaba la palabra del presidente y que necesitaban ese aval político para reanudar su actividad.

En la jornada sabatina los futbolistas prepararon con Teixidó y Fuertes el partido ante los arousanos y el duelo se saldó con una alegría para la parroquia rojilla, que apoyó a su equipo pese a las adversas condiciones climatológicas de la jornada. El masidao Querella fue la novedad en el once ourensanista y un carballiñés como Luis Sobrino abrió la cuenta poco antes del descanso, a pase del citado Nando. Pese a lo convulsa que había sido la semana. El cuadro local logró sobreponerse a la expulsión de Luismi y, pese a jugar en inferioridad durante más de 50 minutos, redondeó la faena con otros dos tantos postreros del ribeirao Santi.

Los puntos se quedaron en casa, pero los problemas económicos del histórico CD Ourense continuaron en el alero durante mucho tiempo.