El Barco contó con la colaboración de la vecina Ponferradina para mejorar el equipaje de sus jóvenes
08 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.La temporada del Centro de Deportes Barco es excelente en muchos de sus frentes competitivos, comenzando por el equipo sénior, instalado entre los mejores de la Tercera División. Y aún así, su curso se ha visto mediatizado por las botas de fútbol. Primero fue su loable iniciativa para reciclar el calzado que algunos niños ya no podían utilizar, con la intención de proporcionárselo a otros pequeños. Poco después fue la polémica con un club como el Paiosaco, que compareció en Valdeorras sin su equipación y se negó a jugar porque no le proporcionaron el material suficiente.
Volviendo a los polos positivos de la campaña barquense, las buenas relaciones con la vecina Sociedad Deportiva Ponferradina sirvió para que el líder del grupo 1 de la Segunda B se sumara en Calabagueiros a la promoción del ya famoso banco de botas, por el que se han interesado desde distintos puntos del país. Fue a través del denominado Partido das Botas, un amistoso que puso ayer frente a frente a dos combinados en un excelente estado de forma, con una motivación solidaria, como la de fortalecer fondo del armario que los locales dedican a sus futbolistas de futuro.
El resultado es lo de menos en este tipo de partidos que vienen a cumplimentar el trabajo de los dos equipos, pero la afición valdeorresa pudo disputar de su escuadra rindiendo a un buen nivel, frente a un rival de superior categoría que se impuso 0-2, con goles del colombiano Edward Bolaños y del francés Matthieu Amouzou. Manolo Pérez y Barba aprovecharon para ver como se recuperan sus discípulos de un partido tan duro como el que libraron en San Lázaro ante el Compos y con el horizonte cercano de otro duro reto ante el Arousa de Rafa Sáez.
La convocatoria, con ese interesante reclamo deportivo, incluía también la motivación de cerrar filas con el banco de botas del Barco. En su día ya explicaron desde el seno del club que consideraban bastante lógico el desarrollo de una idea que ya habían abordado hace años, porque era común en su cantera que el calzado de niños de tempranas edades quedara en desuso cuando los pequeños crecían. Y es que en el club decidieron darle un impulso más durante la presente campaña, abriendo una ficha para establecer la disponibilidad y los requerimientos, tanto de las botas como de otro tipo de material.
Otro paso previsto fue precisamente el de echar mano del partido amigable para dedicar su recaudación, a través de un simbólico precio de la entrada, fijada en un euro. No defraudó la entidad berciana, que además cedió una camiseta firmada por todos sus jugadores, para que la entidad barquense la sortee y también pueda incrementar los ingresos. Y eso por parte de un equipo que está dominando un grupo de alto nivel y que, sin ir más lejos, viene de doblegar al Real Madrid Castilla. De ese modo, en Calabagueiros se plantean la posibilidad de comprar más utensilios de los que puede carecer alguno de los jugadores de su cantera y no descartan colaborar en esa línea con otros clubes vecinos o con una ONG que tenga entre sus objetivos favorecer la práctica del deporte a niños cuyas familias atraviesen dificultades económicas.
En suma, el banco de botas del Barco sigue creciendo mes a mes, en otro intento de fortalecer una cantera que plantea muchas exigencias, por la ubicación geográfica del club con respecto a sus rivales, pero aún así, sigue consolidándose. Y es que no solo van a ser los profesionales los que hagan disfrutar a una fiel afición a orillas del Sil.