«El hombre bala necesita gente de confianza que lo dispare»

OURENSE

OSCAR VíFER

Se enfunda en su casco, se introduce en un cañón gigantesco y vuela cuarenta metros. Ser hombre bala es algo único

05 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Lo que el hielo significó para

Aureliano Buendía, aquel día

en que, siendo niño, su padre, José Arcadio, lo llevó a contemplar los prodigios de la feria de Macondo, lo supuso para este escribiente un hombre bala, hace cosa de cuarenta años, en un circo de nombre americano que había instalado sus dos carpas en algún lugar de Valencia. Nada fue ya lo mismo después de observar boquiabierto cómo un tipo brotaba de un enorme cañón para ir a zambullirse en una red, al otro extremo de la pista. Qué maravillas puede encerrar un mundo en el que la gente es capaz de volar con casco. Desde hoy grandes y pequeños pueden descubrir a su particular hombre bala. Se llama Rubén Mariani y esta es su historia.

-Llevo años queriendo hacer esta pregunta. ¿Cómo llega a hacerse alguien hombre bala?

-Bueno, nosotros somos una familia de circo. En el 2007 contratamos a un americano que hacía este espectáculo. Los vuelos hacían furor y el hombre estaba acabando ya su carrera. Así que me pregunté: «Si un tipo de 120 kilos, porque pesaba mucho, era corpulento, puede volar así, ¿no voy a poder hacerlo yo?».

-¿Así de sencillo?

-No fue sencillo. Yo fui trapecista muchos años, así que ya tenía idea de volar. Encargamos un cañón en una fábrica de Portugal, a un amigo de mi padre, y tardamos tres años en tenerlo. Cuando algo está hecho siempre es fácil, pero hay secretos que tienes que ir aprendiendo. Yo empecé con saltos pequeños y ahora puedo volar 35 o 40 metros.

-¿Qué velocidad se necesita para volar tanto?

-No la hemos medido. Este es un sistema de propulsión hidráulica. El cañón tiene siete metros y medio de longitud. Yo me introduzco hasta el fondo y es como un golpe seco. El funcionamiento es, básicamente, como el de un accidente de tráfico.

-¿Pero qué se le pasa a uno por la cabeza cuando va volando por el aire a semejante velocidad?

-Cuando tienes experiencia no deja de ser un vuelo libre.

La verdad es que lo disfrutas.

-¿También la primera vez?

-La primera vez estábamos tan preocupados por el cañón, los ingenieros de la fá-brica y nosotros, que ni nos acordamos de pensar en la red. Así que salté, llegué a ella y nos caímos por el suelo. La red, los hierros y yo.

-Hombre, parece peligroso.

-Hace un tiempo se mató un chaval de otro circo. Midió mal la red y se pasó. Pe-ro la nuestra es muy segura.

Nunca te pasas y, si saltas un poco corto, te ampara. Cuatro personas abajo me recogen como si fuese una lona. Es cierto que tuve un accidente el primer año que saltaba, el 2010, y me rompí la rodilla, pero nada grave desde entonces.

-Llevará protección.

-Solo el casco. Tienes que mantenerte firme, aguantar, salir y aprovechar el vuelo.

-Oiga, ¿y quién dispara?

-Mi hermano Mario. El hombre bala necesita a alguien de mucha confianza ahí fuera para que lo dispare. Es muy importante. No se puede explicar a cualquier cómo funciona esto.