Denuncian la «total tolerancia» hacia el vandalismo en la praza de As Mercedes

La convivencia entre los vecinos que residen en la praza de As Mercedes y quienes durante los fines de semana acuden por la noche a los numerosos pubs que hay en la zona se ha vuelto insoportable para los residentes.

A pesar de que el entorno siempre ha sido una zona de «movida» nocturna, en los últimos meses la situación ha empeorado por el cada vez más incívico comportamiento de los jóvenes que salen a calle. Así, al ruido que hacen hasta altas horas de la madrugada porque convierten los entornos de los pubs en una extensión de estos locales, se unen gestos como el mear en cualquier portal o esquina de la plaza, e incluso desnudarse para nadar en las fuentes que se construyeron cuando se remodeló la plaza, hace ya más de una década. En la madrugada del sábado, sin ir más lejos, se pudo ver cómo un joven en calzoncillos se bañaba en esas fuentes, simulando nadar, mientras otros lo jaleaban. «Hay una tolerancia total hacia este tipo de comportamientos; la gente hace lo que le da la gana y nadie está haciendo nada para frenar esto», denunciaba ayer mismo un vecino del barrio.

Aseguran que en las madrugada de los sábados y domingo son muchos los residentes que, por su cuenta, llaman a la Policía Local para denunciar el exceso de ruido y el vandalismo -las pintadas en portales y bajos comerciales son frecuentes-, así como la presencia de chicos y chicas que orinan en sus bajos. «Lo estamos denunciando desde hace mucho tiempo, pero no vemos que los agentes municipales se pasen por aquí para identificar al menos a algunas de estas personas y ponerles una sanción», asegura el afectado.

Una futura asociación

Y, precisamente, para poder tener más peso ante las instituciones municipales y hacer más fuerza en sus peticiones, los vecinos de As Mercedes se están organizando para constituirse como asociación vecinal. «Tenemos que unirnos porque queremos que esta zona no siga degradándose. Si pillamos a alguien meando en la calle y le llamamos la atención, nos amenaza con tirar piedras a los cristales. En verano, a pesar del intenso calor, no podemos abrir las ventanas de nuestras casas porque no soportamos el ruido; a este paso vamos a vivir en búnkeres», aduce el afectado, que considera que las autoridades locales solo se preocupan por satisfacer a los hosteleros, «dejando que esta zona se convierta en un asco, porque este problema va a más».

Recuerda que antes de la reforma la plaza era un parque con árboles del que disfrutaban niños y mayores, pero «hoy todo esto es un sinsentido».

---

---

---