Esta técnica surge como alternativa a los tradicionales brackets. Cada vez son más personas las que se dejan conquistar por esta alternativa mucho más discreta

La Voz

La salud dental se ha convertido en una de las grandes preocupaciones de la sociedad. Ya no es solo cuestión de estética. Los ciudadanos son cada vez más conscientes de que su sonrisa es una parte más del cuerpo que merece ser cuidada con especial atención. Y en el cuidado de nuestros dientes, en los últimos años ha ganado terreno la ortodoncia, cuyos últimos avances han permitido facilitar mucho las cosas al paciente.

«Una persona puede saber si necesita una ortodoncia observando si tiene una malposición dental o una dificultad masticatoria», explica Vicente Olmos, profesional colaborador de la Clínica Dental de Sanitas en Ourense.

Uno de los tratamientos que más preguntas genera en las clínicas dentales y dentistas de Ourense, y en general de toda España, es precisamente la ortodoncia. Y en este tratamiento, las preguntas que más se repiten entre los pacientes son «si es un caso tratable, si va a haber dolor, la duración del tratamiento y por supuesto el gasto que puede suponer para el paciente».

A pesar de que hasta hace unos pocos años, los brackets estaban muy ligados a los más pequeños de la casa, cada día son más los adultos que deciden arreglar su boca y alinear sus dientes. «En la adolescencia estamos en el proceso de la formación armónica de las arcadas, pero en la edad adulta también nos encontramos con problemas como la necesidad de tener un engranaje correcto de los dientes para evitar problemas paradontales, bruxismo, dolores en la articulación temporomandibular (ATM) o problemas digestivos», explica Olmos, quien además añade que es frecuente encontrar pacientes adultos con ausencias de dientes, lo que conlleva una masticación incorrecta, con la consecuente mala digestión de los alimentos: «También nos encontramos alteraciones en la articulación temporomandibular y bruxismo causados por el estrés de la vida moderna».

Para atajar estos problemas, el profesional colaborador de Sanitas resume las técnicas básicamente en dos opciones: la aparatología fija (más conocida como brackets) y la removible (u ortodoncia invisible).

Esta última empieza a ganar terreno poco a poco debido a las ventajas que presenta. Y es que el tratamiento de ortodoncia invisible es mucho más discreto que los clásicos brackets, corrigiendo la posición de los dientes con la misma efectividad. Las férulas transparentes resultan prácticamente invisibles una vez puestas y se adaptan a la forma de los dientes, por lo que resultan cómodas para el paciente.

Además, las férulas de la ortodoncia invisible son removibles, por lo que los pacientes no tendrán que privarse de ningún plato, bastará con retirarlas a la hora de comer y volver a colocárselas una vez terminado.