La llegada de más bebés agota el banco de acogida de Cruz Roja

Fina Ulloa
fina ulloa OURENSE / LA VOZ

OURENSE

MIGUEL VILLAR

La entidad busca familias ourensanas dispuestas a cuidar temporalmente a menores

27 may 2018 . Actualizado a las 09:10 h.

El programa de Familias Acogedoras de Cruz Roja tiene en estos momentos a cuarenta menores conviviendo en 28 hogares de la provincia. Ello implica que muchos están acogiendo a más de un niño. Aunque en el banco de este programa aún quedan ourensanos dispuestos a ofrecer a los pequeños separados de sus familias biológicas un nuevo hogar temporal en el que crecer en un entorno de cariño, más adecuado para su desarrollo que un centro de tutela, no todos encajan con las necesidades que presenta el perfil mayoritario del último año y medio: bebés o niños por debajo de los ocho años.

Cruz Roja hace un llamamiento a la solidaridad de los ourensanos dispuestos a abrir sus casas y sus corazones especialmente a los más pequeños, similar al que realizó el pasado año y que logró la incorporación de una docena de nuevas familias. «La respuesta fue extraordinaria. El problema es que a día de hoy casi todas ellas están ya acogiendo -algunas incluso haciendo doblete con niños de otras edades- y el banco de hogares disponibles, es decir, que ya han pasado el proceso de evaluación y formación vuelve a estar bajo mínimos», señalan desde el servicio de Infancia y Familia que coordina el programa.

Una de las razones que genera esa necesidad de disponer de acogedores en reserva para bebés es que Cruz Roja es el único recurso disponible para menores de tres años desde finales del 2016, cuando cerró la Casa de Primera Infancia, donde permanecían institucionalizados -igual que ocurre con los centros de menores tutelados- mientras no pasaban a la adopción o la acogida. Pero la normativa marca que estos bebés no deben estar en centros y de ahí que la derivación al servicio de acogida que gestiona Cruz Roja sea inmediata. «Eso implica que los casos llegan de un día para otro. Pueden ser bebés de renuncia que tienes que recoger del centro hospitalario, o que llegan tras una intervención de urgencia de la Policía Autonómica que acaba de retirarlos de su domicilio y a lo mejor hay que ir a recogerlos el mismo día», relata Sonia López, la psicóloga del equipo.

«Nosotros trabajamos para tener familias de reserva para todo tipo de menores, porque en un momento dado puedes llamar a una que está de vacaciones fuera, o tiene una circunstancia personal que les impide hacerse cargo en ese momento, como puede ser un ingreso hospitalario, y tienes que poder llamar a otra que encaje con el perfil del menor. Si son algo más mayores pueden ir a un centro, pero si son muy pequeñitos cuando llega la demanda tienes que cubrirla con mucha agilidad. De ahí que disponer de familias en reserva en ese perfil sea esencial», dice.

Encontrar hogares que puedan cuidar a un bebé no es sencillo. Requieren mucha dedicación y disponibilidad absoluta de al menos un adulto de la familia ya que, por ejemplo, si es menor de tres meses ni siquiera se le puede llevar a la guardería.

Evaluación y formación

Todas las familias deben pasar un proceso de evaluación y formación, que puede durar dos o tres meses, antes de convertirse en acogedoras. «El programa tiene como máxima la protección y el bienestar del menor y por tanto no podemos entregarlo sin más a quien venga en un momento de impulso. Hay un proceso de formación que ayuda a la familia a conocer qué es en realidad el acogimiento, que nada tiene que ver con la adopción; para que puedan tomar su decisión de forma convencida y consciente. Y también están las entrevistas de evaluación que nos sirven para conocerles y confirmar que ese deseo que tienen se ajusta a sus posibilidades reales y tiene capacidad para asumir la tarea con responsabilidad». Resaltan que no existen trabas de ningún tipo en cuanto a modelos de familia. Puede acoger matrimonios, parejas de hecho, con o sin hijos, familias monoparentales... Y tampoco de edad, siempre que el acogedor esté en condiciones físicas que aseguren la atención del menor.

Solo queda un hogar para grupos de hermanos y un adolescente está en lista de espera

Además de los menores de ocho años, en los últimos meses también han aumentado las llegadas de grupos de hermanos y de adolescentes. Para los primeros queda únicamente una familia de reserva. Suelen ser también uno de los perfiles que presentan más dificultades para encontrar hogares adecuados. «No separamos nunca a los hermanos y hay que tener en cuenta la cuestión logística; no todo el mundo, por mucha voluntad que tenga, dispone de espacio para incorporar a dos o tres niños a su casa y a su vida; o por ejemplo, si ya tienen algún hijo natural, de plazas en el vehículo», explican desde Cruz Roja. En el caso de adolescentes, lo que pesa son los prejuicios sobre este perfil de edad. Aunque estos niños suelen ser los de mayor porcentaje de éxito en los acogimientos, en estos momentos, por ejemplo, hay un adolescente en espera de encontrar una familia.

El programa de acogida busca que los menores que son separados de sus familias biológicas para proteger su propio bienestar y pasan a ser tutelados por la Administración, puedan seguir creciendo -mientras no pueden regresar a su entorno o, en su caso, ser adoptados- en un hogar, con un entorno normalizado y adecuado para su desarrollo integral que los centros de tutela.