Las dos convocatorias llevaron a la calle a cerca de un millar de personas en la provincia con las retribuciones más bajas de España
16 abr 2018 . Actualizado a las 10:48 h.Ourense se sumó ayer a la convocatoria en defensa de las pensiones con dos manifestaciones. La primera, en orden cronológico, estaba convocada por la CIG y partió de la praza do Ferro de la capital a las 11.30 horas para culminar junto a la Subdelegación del Gobierno, donde se leyó un manifiesto en el que se criticaban tanto la reforma del PP del 2013, como la anterior del PSOE, del 2011. «Por mor destas reformas, na actualidade preto dun 60 % das pensión galegas están por baixo do salario mínimo», señalaba el comunicado animando a no creerse que las pensiones están en riesgo.
Con el mismo destino final de la sede de representación del gobierno central, arrancaba 45 minutos después desde la praza Maior la segunda marcha, convocada conjuntamente por CC. OO. y UGT, en la que se gritaron eslóganes como «goberne quen goberne, as pensións non se venden» y se pedía invertir el rescate de las autopistas para pagar a los pensionistas.
Los ourensanos respondieron mejor a la cita de ayer de lo que lo hicieron en la movilización celebrada en febrero, lo que generó una sensación de satisfacción entre los organizadores; pero lo cierto es que en una provincia con más de cien mil pensionistas -casi tantos como habitantes tiene la capital- cabría esperar un respaldo mayor a la protesta. Máxime cuando, según recordaban desde las organizaciones convocantes, los pensionistas ourensanos tienen, si cabe, más motivos para la reivindicación, ya que la provincia cuenta con el dudoso honor de ser la que percibe las retribuciones más bajas del país, con 665 euros de media.
Sin embargo, y a pesar de eslóganes como «a resignación non é a solución», ambas marchas reivindicativas apenas sumaron el millar de participantes.